
Grissom estaría entre el grupo de 7 personas que la NASA pretendía enviar al espacio y que dio a conocer el 9 de abril de 1959. Después de un largo entrenamiento, el 21 de febrero de 1961 fue elegido para uno de los tres primeros vuelos Mercury. A la sazón, el 17 de julio del mismo año fue anunciado como piloto del segundo vuelo suborbital (MR-4). Grissom despegó en la cápsula Liberty Bell 7 el 21 de julio, y efectuó normalmente su vuelo parabólico, con un descenso sobre el océano Atlántico. Sin embargo, tras el amerizaje, la escotilla de la cápsula salió despedida por algún tipo de fallo y el vehículo empezó a hundirse. Aunque la Liberty Bell 7 no pudo ser rescatada, Grissom fue sacado del agua casi en el último momento. La NASA le condecoraría poco después, y recibió otros valiosos premios por su misión.
Finalizado el proyecto Mercury, fue trasladado al programa Gemini, para el cual sería designado piloto de la primera misión tripulada (GT-3). Junto con su compañero Young, despegó el 23 de marzo de 1965, experimentando por primera vez el vuelo orbital. Su nave efectuó hasta tres revoluciones alrededor de la Tierra, maniobró cambiando de altitud, y amerizó con normalidad. Posteriormente, Grissom actuó como piloto de reserva para la Gemini GT-6A.
Con la llegada del programa lunar Apolo, Grissom fue asignado a la primera misión tripulada (Apolo-1), lo que lo habría convertido en el primer ser humano en volar tres veces al espacio. Sin embargo, durante unas pruebas en tierra el 27 de enero de 1967, se declaró un incendio en la cápsula, y tanto él como sus compañeros White y Chaffee murieron asfixiados. El desastre a punto estuvo de costarle a Estados Unidos la carrera a la Luna, y propició un enorme número de modificaciones técnicas que retrasaron la participación de astronautas a bordo del Apolo. Grissom murió pues con un total de 5 horas y 8 minutos de experiencia espacial, con el grado de teniente coronel de la USAF, y dejó esposa y dos hijos. (Foto: NASA)
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