
Mientras tanto, los astronautas pueden respirar el oxígeno proporcionado por los tanques de las naves Progress, del módulo Quest e incluso de unos cartuchos almacenados a bordo. Para la NASA, no obstante, el problema es importante, ya que cuenta con la estación para servir como “hotel” en caso de que un transbordador sufra daños y su tripulación deba permanecer semanas en ella hasta que sean rescatados. Sin el Elektron, el consumo de oxígeno para tantas personas sería intolerable y reduciría rápidamente las reservas. La situación podría provocar el retraso en el lanzamiento de la misión STS-116, prevista para el 7 de diciembre.
Los rusos creen que podrían enviar una unidad Elektron nueva a bordo del próximo transporte Progress, además de añadir más reservas de cartuchos sólidos productores de oxígeno, en diciembre, aunque eso es demasiado tarde para garantizar la seguridad de la misión STS-116. La NASA está pensando ahora en desmontar el Elektron, que de todos modos se mantiene desactivado mucho tiempo, y llevarlo a la Tierra en la STS-116 para su revisión total en el laboratorio. Sería lanzado de nuevo en una misión posterior, lo que obligaría hasta entonces a depender de las reservas de oxígeno almacenadas a bordo de la estación. (Foto: NASA)
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