
Después del lanzamiento, los satélites siguieron órbitas elípticas que poco a poco los llevaron hacia rutas de asistencia gravitatoria junto a la Luna. El 5 de diciembre, el STEREO-A pasó a 7.340 km de la superficie de nuestro satélite, modificando su ruta para quedar en una órbita “por delante” de la Tierra. La STEREO-B hizo algo parecido, pasando a 11.776 km, y preparándose para una nueva asistencia gravitatoria que se completó el 21 de enero. Pasando a 8.818 km de distancia, alcanzó una órbita opuesta a la de su compañera, “por detrás” de la Tierra.
Los dos satélites orbitan ahora el Sol desde esta perspectiva, con una separación entre ellos de unos 45 grados. Será dicha separación la que permitirá visualizar simultáneamente nuestra estrella desde puntos de vista distintos, y por tanto, obtener imágenes en 3D.
El observatorio “A” ya ha obtenido algunas fotografías de la actividad solar, cuando se abrió la cubierta de su telescopio SECCHI Extreme Ultraviolet Imager, el 4 de diciembre. A bordo, sin embargo, se transportan más de una docena de instrumentos, que aportarán mucha información a los científicos. (Foto: NASA)
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