
La misión, llamada STS-117 (13A), tendrá como principal objetivo la instalación de un nuevo grupo de paneles solares. Los segmentos S3/S4 que el Atlantis transportaba a bordo pesan 17,5 toneladas, y extenderán la capacidad generadora de electricidad del complejo orbital. En la nave también se encontraba Clayton Anderson, que sustituirá a Sunita Williams como miembro de la actual expedición de larga duración en la ISS. Tanto Williams, como sus compañeros rusos Fyodor Yurchikhin y Oleg Kotov, contemplaron el lanzamiento de sus colegas gracias al circuito de televisión de la estación, que recibió un enlace desde el centro de control.
Mientras se trabajaba en el análisis de las imágenes obtenidas durante y después del ascenso, los astronautas abrieron las compuertas de la bodega de su vehículo. También prepararon los ordenadores y otros equipos para la fase de aproximación a la estación, que precisaría de dos días. Durante este tiempo, deberían usar el brazo robótico del Atlantis para inspeccionar su escudo térmico, en busca de posibles daños producidos por impactos. No necesitaron al principio dicho brazo para descubrir que una de las mantas blancas de protección térmica situadas sobre uno de los motores OMS se había despegado de la superficie, posiblemente por algún golpe. El tanque externo había soltado algunos fragmentos de espuma durante el despegue, pero ninguno chocó contra el vehículo, excepto quizá en este punto. Durante la comprobación del funcionamiento del brazo robótico, los astronautas acercaron sus cámaras a él y enviaron las imágenes a la Tierra para su estudio.

En la ISS, los miembros de la expedición prepararon a su vez las cámaras digitales que utilizarían durante la llegada del transbordador, y presurizaron el puerto de atraque del módulo Destiny.
La fase de acercamiento se desarrolló perfectamente. A unos 200 metros de la estación, el Atlantis detuvo su marcha durante unos minutos y dio una vuelta sobre sí mismo, mientras los astronautas de la ISS fotografiaban su escudo térmico con sus cámaras de alta resolución. De esta forma, los especialistas podrán determinar si existen daños en esta zona no visible desde el brazo robótico del vehículo. Completada la maniobra, el Atlantis prosiguió la aproximación, cada vez más lentamente, hasta que los anillos de acoplamiento entraron en contacto a las 19:36 UTC del 10 de junio. Firmemente unidos, y comprobada la ausencia de fugas de aire, se abrieron las escotillas entre la nave recién llegada y el módulo Destiny, y las dos tripulaciones pudieron reunirse por primera vez. Rick Sturckow, el comandante, fue el primero en entrar en la estación, a las 21:04 UTC, siendo seguido por sus compañeros de misión. Tras la efusiva bienvenida, los 10 astronautas iniciaron inmediatamente el protocolo previsto. Oleg Kotov y Clayton Anderson trasladaron el asiento personalizado de este último al interior de la nave Soyuz, lo que convirtió oficialmente al americano en miembro de la expedición de larga duración número 15 (00:55 UTC del 11 de junio). De la misma manera, Williams pasaba a ser ahora miembro de la tripulación del Atlantis, y en caso de emergencia, su puesto estaría a bordo del vehículo estadounidense.

En la Tierra, se está valorando si utilizar una rápida excursión espacial para resolver el problema de la manta de protección térmica sobre el motor OMS. La zona no es crítica pero si existe la más mínima preocupación para la reentrada, la NASA podría autorizar el trabajo de reparación. En otros vuelos se han perdido losetas térmicas en esa zona y no ha sucedido nada, aunque sí algunos daños por el calor que tuvieron que ser luego reparados. En la nueva filosofía de máxima seguridad, los ingenieros deberán indicar si es mejor intentar colocar la manta en su lugar y pegarla (un paseo espacial siempre es arriesgado), o dejarla tal cual está. (Fotos: NASA)
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ResponderEliminarke tal si linkeamos?
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