
Según la telemetría recibida del segundo Falcon, el motor Kestrel de la etapa superior del cohete se apagó antes de tiempo debido a un problema en el control de giro del vehículo. El origen del problema estuvo en que la separación de la primera etapa ocasionó un leve impacto de ésta con el motor Kestrel, ocasionando un súbito desvío que el cohete tuvo que solucionar. La maniobra causó el giro dentro de su tanque del oxígeno líquido en la segunda etapa, provocando oscilaciones de magnitud superior a lo que el sistema de control podía corregir. El combustible, sometido a ese movimiento centrífugo, dejó de alimentar el motor, y éste se apagó 91 segundos antes de lo previsto. Los ingenieros van a asegurar ahora que no se produzcan nuevos impactos, e instalarán sistemas para que el combustible no pueda girar dentro de sus tanques.
Otros fallos detectados fueron una mezcla incorrecta de los propulsores en la primera etapa, debido a un problema en el software, y un consumo anormal en el motor Kestrel de la segunda. La compañía tampoco pudo recuperar la primera etapa porque su localizador GPS no actuó. Por último, se han señalado algunas anomalías de menor importancia, como el fallo de algunos dispositivos pirotécnicos y la incorrecta desconexión de ciertos conductos eléctricos y de combustible durante el despegue. (Foto: SpaceX)
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