
El polvo espacial es abundante en el Universo. Es necesario para que las estrellas en formación se enfríen un poco y acaben colapsando para que su núcleo entre en ignición nuclear. Por supuesto, los planetas e incluso las criaturas vivas se originaron en este polvo. Las estrellas como nuestro Sol, cuando llega el momento de su muerte, expulsan polvo de forma constante. Pero cuando el Universo era joven, este tipo de estrellas no existía aún y por tanto el polvo no podía proceder de ellas. Ahora, los astrónomos saben que fueron las supernovas (estrellas muy masivas que explotan) las que lo generaron al morir. Estas estrellas viven poco tiempo, ya que se consumen rápidamente, así que su polvo estuvo disponible muy deprisa también. Sólo las primeras estrellas (Población III) se formaron sin él. En Casiopea A, el polvo contiene protosilicatos, dióxido de silicio, óxido de hierro, carbono, óxido de aluminio y otros compuestos. (Foto: NASA/JPL-Caltech)
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