
Las estrellas se forman a partir de nubes de gas que se van contrayendo. A medida que lo hacen, giran cada vez más rápido, como una patinadora sobre hielo que acerca sus brazos al cuerpo. Pero este giro rápido podría evitar al mismo tiempo que las estrellas adquieran el nivel de densidad adecuado. Y aquí es donde los discos protoplanetarios, restos de polvo y gas de la formación estelar original, intervienen. El Spitzer ha observado unas 500 estrellas jóvenes en la nebulosa de Orión, dividiéndolas en estrellas que giran rápido y estrellas que giran lento, y ha comprobado que estas últimas tienen al menos cinco veces más posibilidades de poseer discos a su alrededor. Al parecer, los campos magnéticos de un cuerpo estelar interactúan con su disco de polvo, frenando su marcha. (Foto: NASA/JPL-Caltech/R. Hurt (SSC))
Spitzer
No hay comentarios:
Publicar un comentario