
Pero conforme se acercaba el momento del despegue, las nubes tormentosas a menos de 20 millas de la zona de lanzamiento se hicieron más amenazadoras, y finalmente obligaron a suspender el intento de partida desde la rampa 39B. Dichas nubes pueden generar aparato eléctrico al atravesarlas, y también limitan la visibilidad en caso de un aterrizaje forzoso.
La dirección del programa decidió volver a intentarlo el domingo (19:26 UTC). Pero en esta ocasión, las lluvias afectaron de forma intermitente también al amplio centro espacial, y finalmente se decidió no esperar al agotamiento de la cuenta atrás.
El combustible de las unidades que aportan energía a varios subsistemas durante el despegue, se consume de forma paulatina, de modo que debe recargarse cada tres intentos de lanzamiento. En este caso, ante las predicciones meteorológicas para el lunes, la NASA decidió programar el siguiente intento para el martes 4 de julio (18:38 UTC), dando descanso hasta entonces al personal y recargando las unidades para proporcionar tres oportunidades más en los próximos días, cuando se espera que el tiempo sea mejor. (Foto: NASA)
Shuttle
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