A poco más de un año (agosto de 2007) para el lanzamiento de la próxima sonda de aterrizaje marciana de la NASA, el Phoenix Mars Lander, los ingenieros que la están montando han entrado en una nueva fase de integración, la adición de equipos complejos como el ordenador de vuelo, los sistemas de energía y los instrumentos científicos. En primer lugar, todos estos sistemas se prueban en solitario y por separado, y después, una vez montados, se chequean como un todo, para comprobar que actúan correctamente y sin interferencias. El Phoenix forma parte del programa Scout. En realidad, es uno de los vehículos cuyo lanzamiento fue cancelado tras la pérdida del Mars Polar Lander, hace unos años. Los técnicos han revisado su diseño para evitar que algo así se repita, y ahora, haciendo honor a su nombre, el Phoenix renacerá de sus cenizas para volar hacia el polo norte de Marte, aterrizar y estudiar su casquete polar. A diferencia de sus recientes antecesores, que emplearon sacos inflables para amortiguar el aterrizaje, el Phoenix usará un sistema de propulsión para facilitar que se pose de forma suave y controlada, en mayo de 2008. El vehículo dispone de un brazo robótico de 2 metros de largo que permitirá extraer una muestra de suelo de hasta 50 cm de profundidad, muestra que será analizada a bordo. (Foto: NASA)
U. Arizona