La sede científica del próximo telescopio de la Agencia Espacial Europea (ESA), el Herschel, está ya tomando forma en el Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC), en Villafranca (Madrid).
El Herschel tiene como objetivo principal descubrir cómo se formaron y cómo evolucionan las galaxias, las estrellas y sus sistemas planetarios. Se lanzará en 2008 junto con otro telescopio de la ESA que estudiará el origen del universo, el Planck.
El ESAC es la sede de la ESA designada para albergar los centros de operaciones científicas de las misiones de astronomía y exploración planetaria de esta Agencia.
Como explica Göran Pilbratt, Jefe Científico del Herschel, "El Herschel es el primer telescopio de su clase, no ha habido otro como él. Está equipado con un gran espejo de 3,5 metros de diámetro, el mayor lanzado al espacio hasta ahora. También lleva a bordo instrumentos de nueva generación enfriados criogénicamente. Ha sido diseñado sobre todo para observar la luz de las galaxias formadas en el Universo temprano, así como estrellas y sistemas planetarios que están formándose en nuestra propia galaxia, la Vía Láctea”.
Observará en el infrarrojo lejano, lo que significa que detectará luz que fue emitida originalmente por estrellas o incluso por fenómenos ‘exóticos’, como la materia que cae a los agujeros negros, pero que después ha sido absorbida y re-emitida en el infrarrojo lejano por el material que llena el medio interestelar. "Este ‘reprocesado’ de la radiación es lo que permite al Herschel estudiar como nunca antes las fases muy tempranas de la formación de estrellas y planetas en nuestra propia galaxia, y la formación y evolución de las galaxias al principio del Universo".
Así, el enorme espejo de Herschel, unido a su capacidad de ver luz infrarroja, permitirán a este telescopio desvelar cómo era el Universo en su infancia, hace más de 10.000 millones de años.
Además, los sensores infrarrojos también permitirán ver objetos y fenómenos que resultan invisibles para los telescopios convencionales, porque emiten la mayor parte de su energía en el infrarrojo: estrellas recién nacidas, cuya temperatura, sorprendentemente, es de varios cientos de grados bajo cero y por tanto no brillan en luz visible, sino en infrarrojo; moléculas que llenan el espacio entre las estrellas; y otros objetos fríos.
Lo explica Pedro García Lario, del Centro de Ciencia del Herschel en el ESAC: “Los detectores infrarrojos del Herschel nos permitirán estudiar las condiciones físicas y la composición química del medio interestelar, así como cuerpos del Sistema Solar, como cometas, asteroides o planetas enanos tipo Plutón, que emiten más intensamente en el infrarrojo lejano que en luz visible”.
Actualmente se encuentran en el ESAC el centro científico del telescopio de rayos X de la ESA, el XMM-Newton, que opera desde 1999; y el Integral, telescopio de rayos gamma de la ESA, lanzado en 2002. Pronto se instalarán también, además de equipo científico del Herschel, los del Planck; de Gaia, que a partir de 2011 hará un detallado mapa tridimensional de la Vía Láctea; el de la nave Venus Express, lanzada en Noviembre de 2005; y BepiColombo, la primera misión a Mercurio, prevista para el 2013.
El Centro de Ciencia del Herschel, una vez completado, albergará a más de 40 profesionales encargados de diferentes aspectos de la misión. Además de científicos, aproximadamente un tercio, el equipo contará con ingenieros para apoyar en las operaciones científicas y el procesado de datos.
Su principal objetivo es garantizar el máximo impacto y productividad científica de la misión, en parte haciendo de ‘puente’ entre el telescopio y la comunidad científica. Por ejemplo, el tiempo de observación del Herschel, como el de todos los observatorios de la ESA, estará disponible a los científicos de todo el mundo. Así que una vez un comité de expertos externo ha evaluado las solicitudes de tiempo de observación, corresponde al Centro de Ciencia del Herschel el organizar la ‘agenda’ del telescopio. (ESA) (Foto: ESA/Medialab)