Informe MER
Aunque el robot Spirit sigue atrapado en una zona de arena que dificulta la tracción de sus ruedas, su maquinaria científica no ha cesado de operar. Mientras los ingenieros estudian en tierra como sacarlo de allí, los investigadores están estudiando sus alrededores. La zona, bautizada como “Troy”, contiene varias rocas, una de las cuales podría estar tocando el vientre del vehículo, según muestra la cámara situada en el extremo del brazo robótico. La citada roca parece suelta, y por tanto no estaría soportando el peso del Spirit. Por fortuna, a pesar de no poder avanzar por el momento, el robot se encuentra en una región muy interesante desde el punto de vista geológico, ya que posee varias capas de colores distintos. Tales capas han sido puestas de manifiesto por las ruedas, al girar inútilmente durante las pruebas de avance. El Spirit, por tanto, ha usado sus instrumentos para examinar el suelo arenoso, cuyos colores van del marrón al rojizo, pasando por el amarillo y el blanco. Se ha detectado arena basáltica, y arena rica en sulfatos y silicatos. Todo ello da pistas sobre el proceso de formación de Home Plate, el área general en el que se encuentra. Durante las próximas semanas se probarán diversas técnicas para salir de la trampa arenosa, pero no hay prisa para ello, ya que el robot dispone de la energía y el tiempo necesarios para seguir trabajando donde está. Abandonar el lugar será todo un reto, sobre todo porque, desde hace más de tres años, la rueda delantera derecha se halla inmóvil. La rueda izquierda-media también muestra síntomas de deterioro pero parece utilizable. (Foto: NASA/JPL-Caltech/Cornell University)