Lanzamiento del Ibuki
La agencia japonesa JAXA ha colocado en órbita un satélite científico llamado GOSAT (Greenhouse Gases Observing Satellite). Bautizado como Ibuki una vez en órbita, estará dedicado al estudio de los gases de invernadero en la atmósfera. El lanzamiento ocurrió a las 03:54 UTC del 23 de enero, desde el polígono de Tanegashima, gracias a un cohete H-2A 202 (F15). El satélite fue liberado a los 16 minutos del lanzamiento, en una órbita polar heliosincrónica, desde donde utilizará sus sensores para su importante tarea. La misión, que ha costado 206 millones de dólares, propiciará la obtención durante cinco años de mapas de distribución global de los diversos gases de efecto invernadero (sobre todo CO2 y metano), lo que ayudará a los científicos a calcular su influencia en el cambio climático. El vehículo empezará ahora una serie de calibraciones que permitirán el inicio de sus actividades operativas en un plazo de seis meses. Después, el satélite tratará de localizar zonas de emisiones de gases, y zonas de absorción, así como el movimiento de éstos a lo largo y ancho del globo. Para ello transporta a bordo un espectrómetro infrarrojo y una cámara de detección de aerosoles y nubes. El paquete instrumental, llamado TANSO (FTS/CAI), multiplicará los puntos de medición disponibles para los modelos climáticos. En cierta manera, la función del Ibuki será parecida a la de otro satélite cuyo lanzamiento está muy próximo, el americano Orbiting Carbon Observatory. Se espera una colaboración entre ambos programas, ya que el OCO será más sensible para el CO2, pero no podrá detectar el metano. El Ibuki, que pesa 1.750 kg, no fue el único pasajero en la misión. El cohete transportó asimismo varios satélites de pequeñas dimensiones, que fueron liberados a intervalos de cuatro minutos. El SDS-1 (Small Demonstration Satellite) pesa unos 100 kg y ha sido desarrollado por la JAXA para ensayar tecnologías de comunicaciones e informáticas que mejoren la fiabilidad de los ingenios espaciales. El SOHLA-1 (Space Oriented Higashiosaka Leading Association), de 50 kg, probará también tecnologías, en este caso en el marco de la industria de satélites de pequeñas dimensiones. En cuanto al SpriteSAT, también pesa 50 kg y es un microsatélite universitario japonés para estudiar el fenómeno luminoso de los “sprites” en la atmósfera terrestre. El PRISM (Pico-satellite for Remote-sensing and Innovative Space Missions) pesa sólo 5 kg y efectuará experimentos fotográficos y ensayará tecnologías para nanosatélites. Más pequeño aún es el KKS-1 (Kouku-Kosen-Satellite-1), de 3 kg, construido por un instituto tecnológico japonés para probar tecnologías de propulsión y posicionamiento, y para realizar fotografías. Por su parte, el STARS-1 es en realidad dos satélites en uno, unidos por un cable, cuyo despliegue será fotografiado. Por último, el Kagayaki (SorunSAT), de 20 kg, ensayará tecnologías de control automático, y abrirá una especie de pequeña vela solar unida a un mástil inflable. Detectará restos orbitales y observará auroras. (Fotos: JAXA)