Los astronautas del Atlantis disfrutaron de 30 minutos más de sueño para recuperar el perdido durante la anomalía que soltó las alarmas por una aparente despresurización falsa. Una vez despiertos, los astronautas retornaron a la actividad normal prevista para el 20 de noviembre. Para empezar, se utilizó el brazo robótico del Atlantis para agarrar la segunda plataforma ELC, repleta de recambios, en la bodega del transbordador, la cual sería instalada al día siguiente. Por su parte, Foreman y Bresnik empezaron a preparar la segunda salida extravehicular, incluyendo los trajes espaciales y las herramientas que utilizarían. Los astronautas participaron asimismo en charlas con periodistas en la Tierra, y en la revisión del sistema de transmisión de datos de alta velocidad del Atlantis, que había experimentado algunos problemas. Por la noche, sin embargo, dos horas después de iniciado el período de sueño, saltaron de nuevo las alarmas falsas por despresurización, y los astronautas tuvieron que volver a despertarse antes de tiempo. Según los ingenieros, el problema estaba en el recién llegado módulo ruso Poisk. Aunque éste no presenta ninguna fuga, un sensor detectó un escape inexistente y la estación respondió con el apagado de los sistemas de ventilación, lo cual a su vez provocó que los detectores de humo del módulo Columbus y del módulo Quest dispararan su propia alarma de incendios. Dado que Mike Foreman y Randy Bresnik estaban encerrados en este último, a presión inferior, su salida del recinto interrumpió el necesario proceso de purga de nitrógeno de su torrente sanguíneo. Ante esta situación, la NASA decidió que ambos iniciaran más tarde su paseo extravehicular al día siguiente, y que en vez de regresar al Quest para seguir durmiendo, llevaran máscaras para respirar oxígeno y lo hicieran en otra parte. Tendrían además que realizar ejercicios durante 10 minutos, respirando oxígeno puro, para eliminar el nitrógeno. Así pues, Foreman y Bresnik salieron al exterior del la estación el 21 de noviembre con algunos minutos de retraso. Permanecieron en el vacío 6 horas y 8 minutos, llevando a cabo todas las tareas asignadas, y adelantando otras. La EVA se inició hacia las 14:30 UTC y acabó a las 20:39 UTC. Su primer trabajo fue instalar la estructura de una antena llamada GATOR junto a un pasamanos del módulo Columbus. Servirá para comunicaciones con radioaficionados y para un sistema de identificación marítima. Los astronautas terminaron la tarea 40 minutos antes de lo programado. Después recolocaron un instrumento que mide el potencial eléctrico de la estación, llevándolo hasta el segmento P1, para dejar paso a un espectrómetro que se instalará el año próximo. Tras pasar por la esclusa para recargar oxígeno, se desplegó el segundo PAS, en el segmento S3. Se trata, como su antecesor, de un sistema para almacenar recambios en el exterior de la estación. En el mismo segmento S3, colocaron un sistema inalámbrico de video. Habiendo terminado una hora antes de lo previsto, adelantaron algunas tareas: desplegaron un tercer PAS en el S3, mirando hacia la Tierra, y desconectaron y revisaron un cable de antena que dio problemas durante la misión STS-128. La pieza fue fotografiada y reconectada. Aunque el cable había sido conectado durante la EVA anterior, las lecturas no eran las esperadas. Por último, realizaron un par de tareas menores antes de volver al módulo Quest. Antes de que se iniciara la EVA, se usó el brazo robótico del Atlantis para transferir al Canadarm-2, el brazo de la estación, la plataforma ELC-2. Leland Melvin y Nicole Stott la instalaron en el segmento S3. Contiene varios recambios, como un giróscopo, un tanque de oxígeno y un módulo de bombeo. El 22 de noviembre sería un día de media jornada de descanso. Durante éste, se recibió la noticia de que Randy Bresnik había sido padre. Su hija, Abigail Mae Bresnik, había nacido el sábado, de modo que pudo hablar en privado con su mujer. El resto del día estuvo dedicado a preparar la tercera salida extravehicular y a hablar con la prensa. (Foto: NASA TV)