El Primer X-37B Alcanza el Espacio
Cancelado por la NASA y transferido a la Fuerza Aérea y la DARPA hace algunos años, el avión espacial X-37B ha alcanzado por fin el espacio. No lo ha hecho en el interior de la bodega de un transbordador espacial, como se programó en su día, sino a bordo de un cohete desechable Atlas-V (501/AV-012), equipado con una cofia lo bastante grande como para transportarlo en su interior. El despegue se produjo a las 23:52 UTC del 22 de abril, desde la rampa SLC41 de Cabo Cañaveral, y fue ofrecido por las cámaras de televisión, pero poco más se sabrá de él durante su misión, que ha sido clasificada como secreta por sus patrocinadores. El vehículo, llamado OTV-1 (otro está siendo construido en estos momentos para un vuelo el año que viene), tiene como objetivo probar diversas tecnologías avanzadas que permitirán a los militares usar a la nave como sistema de respuesta rápida, capaz de dirigirse hacia el espacio y llevar a cabo tareas que otros satélites no pueden realizar, y volver después planeando a la Tierra para ser preparado para otra misión. La NASA desarrolló esta tecnología para su futuro sistema tripulado de emergencia, pero el prototipo fue cancelado por falta de fondos, tras varios ensayos atmosféricos. El X-37B sigue siendo un vehículo experimental pero que podrá realizar una transición rápida hacia misiones operativas, como la inspección de otros vehículos, realización de experimentos de interés militar, etc. La USAF no ha anunciado su órbita, que alcanzó aparentemente con normalidad, 17 minutos después del despegue. Tampoco dará información sobre la carga que transporta en su bodega, y sólo volveremos a saber algo oficial de él cuando deba aterrizar en la base de Vandenberg, en una fecha desconocida aún. Lo que sí se sabe es que el OTV-1 no deberá llevar a cabo ninguna misión específica, sino sólo demostrar las nuevas tecnologías que lleva a bordo, como un sistema de protección térmica avanzado, un sistema de navegación autónomo, un panel solar extensible, etc. Observadores aficionados intentarán delimitar su órbita, que podría encontrarse por debajo de los 500 km de altitud. El vehículo pesa unas 5 toneladas y mide casi 9 metros de largo. Está dotado de alas, y de un sistema de propulsión para maniobras, que deberá ensayar. En realidad, el X-37B es más avanzado y moderno que la actual lanzadera espacial, aunque sus capacidades son distintas. Tiene sólo la cuarta parte del tamaño del Shuttle y no puede llevar tripulación. Construido por la empresa Boeing Phantom Works, el X-37B no sólo deberá demostrar su fiabilidad en órbita, durante semanas o meses (puede permanecer hasta 270 días). Los ingenieros también estarán pendientes de su aterrizaje y del tiempo y los costes necesarios para volverlo a colocar en orden de marcha. De ello depende que la USAF lo adopte como vehículo operativo. Dado que la tecnología espacial militar es muy cara, la nave será muy útil para probarla antes en el espacio. Por ejemplo, en su bodega podría transportar sensores para futuros satélites secretos y verificar su comportamiento en condiciones óptimas. Al mismo tiempo, su capacidad de maniobra podría permitirle acercarse a otros vehículos para inspeccionarlos e incluso capturarlos. (Foto: USAF/ULA)