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viernes, 29 de diciembre de 2006

Mejoras Para los Robots Marcianos

Adentrándose pronto en su cuarto año de operaciones sobre la superficie de Marte, los robots MER de la NASA, el Spirit y el Opportunity, siguen trabajando de forma más o menos normal. Aprovechando la extraordinaria circunstancia de su longevidad, los ingenieros han decidido introducir algunas mejoras en su software de a bordo. La nueva versión transmitida les proporcionará nuevas capacidades, como por ejemplo examinar imágenes y reconocer automáticamente cierto tipo de características. Las rutinas para ello fueron desarrolladas originalmente para la misión Space Technology 6, bautizada como la “nave espacial pensante”.
Uno de los campos donde será útil esta nueva capacidad es el del reconocimiento de determinados fenómenos, como los remolinos en superficie o las nubes. Ambos han sido observados repetidamente, pero para encontrarlos ha habido que rebuscar mucho entre los miles de fotografías transmitidas hasta la fecha. A partir de ahora, serán los propios robots quienes reconocerán dichos fenómenos, enviando las correspondientes imágenes a la Tierra, o más bien, las partes de las fotografías que los muestran. Ello liberará parte del tiempo de comunicaciones para que se puedan transmitir otros tipos de investigaciones científicas adicionales.
Así, para reconocer los remolinos de polvo, el software analiza imágenes tomadas con pocos segundos de diferencia del mismo campo de visión, y detecta cambios entre ellas. Para las nubes, busca estructuras no uniformes en la porción de la imagen que se identifica como el cielo.
Otro avance es una rutina que permite al robot reconocer una estructura determinada del paisaje, a medida que el vehículo se mueve (por ejemplo, una roca, cuyo tamaño va aumentando al acercarse a ella). Esta utilidad, combinada con otra capaz de calcular si es seguro o no tocar el objeto con las herramientas del brazo robótico, permitirá avanzar mucho más rápido en los análisis. Hasta ahora, eran los científicos en la Tierra quienes debían analizar las imágenes y decidir si examinar o no una roca. A partir de este momento, se podrá autorizar al robot a que él mismo decida si es seguro examinar el objetivo ese mismo día, sin esperar una o más jornadas de deliberaciones en la Tierra.
Por último, el nuevo software elabora mejores mapas del entorno, facilitando la navegación autónoma de los vehículos.
Con ésta ya son cuatro las actualizaciones de software sufridas por los MER desde el lanzamiento (una de ellas durante el viaje). Sin duda, los robots son ahora mucho más capaces que cuando despegaron, ayudando a probar programas que serán útiles para futuras misiones, como el Mars Science Laboratory, que partirá en 2009. (Foto: JPL)

MER

jueves, 28 de diciembre de 2006

Lanzado el Observatorio COROT

El lanzamiento con éxito del observatorio COROT ha marcado la introducción de un nuevo modelo de cohete, el Soyuz-2-1b. Se trata del mismo que se empleará a partir de 2009 desde la base de Kourou, en la Guayana Francesa, y que se ocupará de las cargas de peso medio que son demasiado pequeñas para el mucho más potente Ariane-5.
Las modificaciones efectuadas sobre el vehículo, respecto al viejo Soyuz, son varias. Un nuevo sistema de guiado digital ya ha sido probado en la versión Soyuz-2-1a. Ahora, se ha añadido la otra mejora sustancial, un motor más potente en la tercera etapa (RD-0124).
En su despegue inaugural, el Soyuz-2-1b ha tenido una misión de cierta responsabilidad. A bordo viajaba el telescopio COROT, desarrollado por la agencia francesa CNES, con colaboración de varios países (Austria, España, Alemania, Bélgica, Brasil y la ESA). El lanzamiento ocurrió a las 14:23 UTC del 27 de diciembre, desde el cosmódromo de Baikonur, y fue gestionado por las empresas Starsem y Arianespace. El cohete operó normalmente y tras dos encendidos de su etapa superior Fregat, 50 minutos después del lanzamiento, soltó a su carga en la ruta polar correcta (a 896 km de altitud).
El COROT (Convection Rotation and planetary Transits) es un observatorio pequeño, de apenas 630 kg, pero muy especializado. Si logra sus objetivos, podría aportar varias primicias a la astronomía mundial. Construido por Alcatel Alenia Space sobre una plataforma Proteus, estudiará el interior de las estrellas, pero sobre todo, tratará de descubrir planetas alrededor de ellas. Su telescopio debería permitir encontrar planetas de varios tamaños, incluso rocosos, parecidos a la Tierra.
Durante los próximos dos meses los controladores se ocuparán de calibrar sus instrumentos. Luego, hacia marzo, se iniciarán las observaciones, que deberían durar al menos dos años y medio. En ese tiempo será posible fotografiar al menos 120.000 estrellas parecidas a nuestro Sol, en busca de planetas extrasolares. Una pequeña fracción, un centenar, serán examinadas en busca de vibraciones que pongan de manifiesto su estructura interna.
Una cámara muy sensible equipada con 4 CCDs medirá la luz emitida por cada estrella. Si un planeta pasara por delante de ella (tránsito), la disminución del brillo (eclipse) delataría el fenómeno. En función de la lejanía de sus objetivos, el COROT debería poder descubrir varias docenas de planetas extrasolares rocosos algo más grandes que la Tierra, además de multiplicar los ya conocidos 200 de tipo gaseoso gigante. El único problema es que dichos planetas deben encontrarse cerca de su estrella (tener períodos de traslación de unos 50 días), para que su movimiento aparente pueda ser detectado por el telescopio. No son precisamente éstos los mejores candidatos para poseer vida en su superficie, pero su descubrimiento permitirá a los astrónomos crear un catálogo y realizar cálculos estadísticos sobre las poblaciones de planetas extrasolares que realmente podrían existir en la Galaxia. Los resultados, obtenidos con su telescopio de apenas 30 cm, serán una buena indicación de lo que podrá lograr el Kepler, un observatorio de la NASA que volará en 2008 y que tendrá un telescopio mucho mayor. (Foto: CNES)

COROT

miércoles, 27 de diciembre de 2006

Informe STS-116

Aunque tuvo que saltarse su primera oportunidad de aterrizaje por las inclemencias del tiempo, el transbordador Discovery consiguió finalmente posarse en Florida, tal y como deseaba la NASA.
El último día en el espacio para sus tripulantes sería tenso, pendientes de la información procedente de la Tierra que indicaría cuál de los tres centros de aterrizaje (Florida, California o New Mexico) sería el utilizado. El tiempo en los dos primeros no era bueno, y todo parecía indicar que la nave debería posarse finalmente en White Sands, donde no ocurría algo parecido desde 1982. Efectivamente, la primera oportunidad de aterrizaje en Florida tuvo que ser descartada. Pero luego, el tiempo mejoró ostensiblemente. Los meteorólogos pronosticaron que un frente de lluvias acabaría disipándose antes de la llegada del Discovery. De este modo, la dirección del programa dio luz verde a la secuencia de reentrada y transmitió las coordenadas a los astronautas.
Se cerró la bodega del transbordador, se orientó el vehículo para el frenado y se accionaron los motores para reducir la velocidad orbital y provocar el descenso hacia la atmósfera. Convenientemente orientado para resistir el rozamiento atmosférico, el Discovery cruzó el cielo y empezó a planear hacia su destino.
A las 22:32 UTC, tocaba sin problemas la pista 15 de la Shuttle Landing Facility, en Florida. De día, pero cerca del crepúsculo, la astronave se detuvo finalmente tras 52 segundos de frenado, dando por finalizada una misión que ha durado 12 días, 20 horas y 44 minutos. Es la 63ª vez que un transbordador aterriza en el Kennedy SC.
La tripulación descendió del vehículo unos minutos más tarde. El personal médico prestó especial atención a Thomas Reiter, el alemán que se ha pasado los últimos 6 meses en el espacio. Más tarde se celebraría una ceremonia de bienvenida.
El regreso del Discovery marca el final de la misión STS-116 de la NASA, durante la cual se añadió un nuevo segmento (P5) a la estructura de la ISS y se suministraron bienes y equipos. Para la ESA, el regreso del Discovery marca también la conclusión de dos misiones tripuladas: la Astrolab con Thomas Reiter y la Celsius con Christer Fuglesang.
Tras el aterrizaje los astronautas se someterán a una revisión médica como parte de los experimentos científicos en los que participaron. La tripulación regresó el sábado al Centro Espacial Johnson de Houston, Texas, para presentar sus informes. Toda la tripulación está feliz porque podrá pasar las festividades de Navidad y cambio de año en la Tierra. (Foto: NASA)

Shuttle
Video Aterrizaje

El Nuevo Satélite Meridian

Rusia ha lanzado el primer ejemplar de un nuevo satélite de comunicaciones. Se llama Meridian y estará dedicado a dar servicio a los vehículos, tanto barcos como aviones, que siguen rutas polares. También proporcionará enlaces a estaciones de zonas norteñas, como Siberia. Dado que la órbita geoestacionaria no suele ser útil en estos casos, el Meridian-1 ha sido colocado en una órbita “Molniya”, muy elíptica (39.801 por 278 km) e inclinada, con el apogeo (zona lenta de su ruta alrededor de la Tierra) coincidiendo periódicamente sobre el territorio interesado. El satélite ha sido construido por la compañía NPO PM y básicamente su diseño sustituye a los viejos Molniya-1. El despegue (desde el cosmódromo de Plesetsk) se produjo a las 08:34 UTC del 24 de diciembre, a bordo de un cohete Soyuz-2-1a. La etapa Fregat se encargó de colocar a su carga en la trayectoria correcta a las 15:34 UTC, después de varios encendidos. (Foto: Archivo del Autor)

Nuevos Satélites para la Constelación GLONASS

Un cohete Proton-K/DM-2 lanzó al espacio el 25 de diciembre a tres nuevos satélites rusos para la constelación de navegación GLONASS/Uragan. Volaron desde Baikonur a las 20:18 UTC, en dirección a sus órbitas de altitud intermedia (unos 20.000 km). Los tres pertenecen a la serie GLONASS-M, y habrán recibido los nombres operativos Kosmos-2424, 2425 y 2426. Los GLONASS son el equivalente ruso al sistema americano GPS, es decir, se emplean para determinar el posicionamiento de vehículos, objetos y personas. Sin embargo, su constelación aún no está completa. El gobierno ruso espera poder acabarla hacia 2008. (Foto: Roskosmos)

Imágenes del Hinode

La misión japonesa Hinode está enviando extraordinarias fotografías del Sol. El observatorio, en órbita desde septiembre, estudia las fuerzas que impulsan el poder explosivo y violento de nuestra estrella. Durante las últimas semanas, el Hinode ha pasado por la fase de calibración de sus tres instrumentos, el Solar Optical Telescope, el X-ray Telescope y el Extreme Ultraviolet Imaging Spectrometer, durante la cual ha observado a su objetivo. Así, su telescopio de rayos-X ha enviado imágenes con un detalle sin precedentes de la corona, su atmósfera exterior, y su telescopio óptico ha mostrado vistas magníficas de la superficie solar que revelan nuevos detalles del fenómeno de convección, además de medir la intensidad y dirección del campo magnético de la estrella. Por último, el espectrómetro, que trabaja en el ultravioleta extremo, ha medido la velocidad del material solar, y ha captado información que permite medir la temperatura y densidad de la atmósfera exterior solar. Según los científicos, el trabajo del Hinode (Solar-B) revolucionará el campo de la heliofísica. (Foto: JAXA/NAOJ)

Hinode