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viernes, 22 de diciembre de 2006

Informe STS-116

Con la confirmación de que la superficie del sistema térmico del Discovery se halla en buenas condiciones, la NASA ha dado luz verde al aterrizaje del transbordador. Su tripulación revisó las superficies de control aerodinámico, y ensayó el uso de los motores de maniobra. Además, el comandante y el piloto de la misión practicaron el aterrizaje en un pequeño ordenador portátil, además de probar los sistemas de comunicaciones.
A las 18:22 UTC del 21 de diciembre, la tripulación liberaba el último satélite que transportaba a bordo, el ANDE (Atmospheric Neutral Density Experiment), pensado para medir la densidad y composición atmosféricas. El ANDE está compuesto en realidad por dos picosatélites esféricos (FCAL y MAA), que con su información permitirán predecir mejor los movimientos de los objetos en órbita. Los radares militares americanos pueden seguir las órbitas de estos satélites.
Los astronautas también hablaron con la prensa y con estudiantes, dedicando el resto del tiempo a asegurar los equipos para el aterrizaje. En la Tierra, la NASA ha activado tanto la pista del centro espacial Kennedy como la de la base de la Fuerza Aérea en Edwards. Asimismo, se ha hecho lo propio con la de White Sands, que no se emplea desde 1982. La razón es que se pronostican lluvia y nubes bajas en Florida, y seguramente fuertes vientos en California. La agencia quiere posar al Discovery el viernes, de modo que White Sands, en New Mexico, podría adoptar un papel relevante.
Los controladores han preparado un plan de prioridades por el cual se prestará atención primero a la primera oportunidad de aterrizaje en Florida (20:56 UTC), después a las segundas oportunidades en Florida y California, y finalmente, a las terceras oportunidades en California y New Mexico. Si no es posible un aterrizaje el viernes, éste quedaría pospuesto para el sábado 23.
En cuanto se tome una decisión, se comunicará a la tripulación, que cerrará la bodega del Discovery e iniciará el frenado para propiciar la reentrada. (Foto: NASA)

Shuttle
Video ANDE

jueves, 21 de diciembre de 2006

Informe STS-116

La principal tarea de la tripulación del Discovery durante las horas posteriores a la salida desde la estación internacional fue la revisión de su escudo térmico, y el lanzamiento de varios pequeños satélites artificiales.
El brazo robótico del transbordador, unido a la pértiga articulada OBSS (Orbiter Boom Sensor System) y controlado por Mark Polansky, Bill Oefelein y Nicholas Patrick, hizo un repaso completo de los bordes de las alas, del morro, de la zona inferior del vehículo y de otras zonas que, en caso de daños, podrían poner en peligro la reentrada atmosférica. Las observaciones duraron unas seis horas y finalizaron a las 22:22 UTC del 20 de diciembre. La información e imágenes obtenidas fueron enviadas a la Tierra, donde serían analizadas durante la noche.
Mientras sus compañeros trabajaban en esta importante tarea, Bob Curbeam, Joan Higginbotham, Christer Fuglesang y Thomas Reiter se dedicaron a empaquetar equipos, preparando el regreso a la Tierra previsto para el viernes.
A las 00:19 UTC del 21 de diciembre, los astronautas desplegaron los dos primeros satélites almacenados en la bodega del transbordador. Se trata de vehículos del tamaño de una taza de café, es decir, picosatélites experimentales, desarrollados para ser desplegados en el espacio y efectuar observaciones de otras naves. Su nombre es MEPSI (Micro-Electromechanical System-Based PICOSAT Inspector) y pertenecen al Departamento de Defensa estadounidense. Llamados conjuntamente MEPSI-2, se encuentran unidos entre sí por un cable de 15 metros de largo. Son cubos de 10 cm de lado, totalizando 3,5 kg. Algún día, estos vehículos podrán utilizarse para examinar de cerca los daños que otro satélite pueda haber sufrido. En esta misión, ensayarán su pequeñísima cámara y sus giroscopios.
Otros dos satélites, el RAFT-1 (Radar Fence Transponder) y el NMARS fueron desplegados a la 01:56 UTC. Son propiedad de la US Naval Academy y pesan entre 3 y 4 kg cada uno (picosatélites). Fueron desarrollados por estudiantes, para pruebas de tecnología. (Fotos: NASA)

Shuttle

Descubrimiento del Swift

El observatorio Swift de la NASA ha descubierto un nuevo tipo de explosión cósmica relacionada con los agujeros negros. Se la ha bautizado como estallido híbrido de rayos gamma, y probablemente señala el nacimiento de uno de estos objetos misteriosos. Las características de este nuevo tipo de estallido gamma son extrañas, porque se parecen a las de dos conocidas clases de estallidos de rayos gamma, pero además tiene algunas propiedades inexplicadas.
El Swift descubrió el primer estallido de este tipo el 14 de junio. Desde entonces, más de una docena de telescopios, algunos en el espacio, lo han estudiado. A pesar de todo, los astrónomos siguen desconociendo qué objeto u objetos lo han producido.
Hasta ahora, los estallidos gamma se dividían en dos categorías: cortos y largos. Estos últimos duran más de dos segundos, y podrían ser la señal del colapso del núcleo de una estrella masiva para formar un agujero negro, tras una supernova. Suelen ser sucesos lejanos. En cambio, los estallidos cortos duran menos de 2 segundos (hasta unos pocos milisegundos en muchos casos), y podrían señalar la fusión de dos estrellas de neutrones, o de una estrella de neutrones con un agujero negro, lo que supone la creación de un agujero aún mayor.
El estallido híbrido, llamado GRB 060614, ocurrió en una galaxia situada a 1.600 millones de años-luz de distancia. Duró 102 segundos, lo que parecía colocarlo en la categoría de estallidos largos. Pero no mostró los síntomas posteriores típicos de la creación de una supernova. De hecho, la galaxia anfitrión no parece tener demasiadas estrellas masivas. Está lo bastante cerca como para detectar una explosión supernova si ésta se hubiera producido, pero ni siquiera el Hubble vio nada. Por otro lado, algunas propiedades del estallido mostraron que se había comportado más como uno corto que como uno largo. El problema es que no hay un modelo teórico que permita imaginar una liberación sostenida de energía de rayos gamma durante 102 segundos. Lo único que puede hacerse es esperar al próximo estallido híbrido y recoger más información que permita a los astrofísicos trabajar sobre una teoría plausible. (Foto: NASA)

Swift

Europa, Expectante Ante el Lanzamiento del COROT

El próximo 27 de diciembre, el observatorio COROT será lanzado al espacio para llevar a cabo una misión astronómica sin precedentes. Su objetivo es doble: detectar planetas orbitando alrededor de otras estrellas, y explorar los misterios del interior estelar como nunca se ha hecho antes. COROT es una misión liderada por la agencia espacial francesa, el CNES, a la que la Agencia Europea del Espacio (ESA) y otros socios europeos están confiriendo un importante carácter internacional.
Mientras el CNES ultima los preparativos para su lanzamiento desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajstán, la ESA y un gran número de científicos implicados en la misión esperan con expectación ese acontecimiento, así como la llegada de los primeros resultados científicos.
COROT es el acrónimo de ‘Convección, Rotación y Tránsitos planetarios’. El nombre describe los objetivos científicos de la misión. ‘Convección y rotación’ se refieren a la capacidad del satélite de explorar el interior estelar estudiando las ondas acústicas que atraviesan la superficie de las estrellas, una técnica llamada astrosismología. ‘Tránsito’ es la técnica que permite inferir la presencia de un planeta a partir del debilitamiento en la luz de la estrella que se produce cuando el planeta pasa frente al astro. Para cumplir su doble objetivo científico COROT vigilará unas 120.000 estrellas con su telescopio de 30 centímetros.
COROT inaugurará una nueva etapa en la búsqueda de planetas entorno a otras estrellas. En la década transcurrida desde el primer descubrimiento de un exoplaneta (51 Pegasi b), en 1995, han sido identificados más de 200 de estos objetos fuera de nuestro sistema solar. Pero la búsqueda se ha hecho sobre todo con telescopios basados en tierra. El telescopio espacial COROT aspira a encontrar muchos más exoplanetas durante los dos años y medio que dure su misión, y a ampliar las fronteras de nuestro conocimiento incluyendo planetas cada vez más pequeños.
Muchos de los planetas que descubrirá COROT serán, probablemente, ‘Júpiters calientes’, es decir, mundos gaseosos. Pero se espera que un porcentaje desconocido de los que se detecten sean planetas rocosos, quizás sólo unas pocas veces mayores que la Tierra (o incluso más pequeños). Si COROT encuentra estos planetas, constituirán una clase de objetos del todo nueva.
Cuando COROT observe una estrella será también capaz de detectar ‘terremotos estelares’, ondas acústicas generadas en el interior profundo de la estrella y que se transmiten a lo largo de la superficie de ésta, alterando su brillo. La naturaleza de las ondas permite a los astrónomos calcular con precisión la masa de la estrella, su edad y su composición química.
La misión COROT fue propuesta inicialmente por el CNES en 1996. En 1999 se hizo pública una convocatoria para buscar potenciales socios europeos. En 2000 el CNES dio luz verde a la construcción del satélite, y en este momento lidera la misión. Sus socios internacionales son la ESA, Alemania, Austria, Bélgica, Brasil y España.
El CNES es responsable del sistema en su conjunto y del contrato de lanzamiento con la compañía franco-rusa Starsem, que proporciona el servicio de lanzamiento con una nave Soyuz.
Las aportaciones de los demás socios internacionales van desde la provisión de equipos de hardware a estaciones de tierra; observaciones complementarias desde tierra de objetos que estudiará COROT; y análisis de los datos científicos.
La ESA juega un papel crucial en la misión. La Agencia ha aportado la óptica del telescopio situado en el corazón del satélite, y ha llevado a cabo ensayos de los instrumentos científicos. El baffle del telescopio ha sido desarrollado por un equipo en el centro tecnológico de la ESA, ESTEC. ESA ha proporcionado también las unidades de procesado a bordo. Y en el marco de este esfuerzo de auténtica colaboración, científicos de diversos países europeos -Dinamarca, Suiza, Reino Unido y Portugal- han sido seleccionados, tras un concurso abierto, como co-investigadores de la misión. Como resultado de la participación de la ESA, los científicos de los Estados Miembros de la Agencia también tendrán acceso a los datos de COROT. (ESA) (Foto: CNES 2006 - D. Ducros)

COROT

miércoles, 20 de diciembre de 2006

Informe ISS/STS-116

El transbordador Discovery ya se encuentra en camino a la Tierra. Después de su exitosa misión junto a la estación espacial internacional, su tripulación se despidió de sus compañeros en el complejo y cerró las escotillas para proceder con el desacople, acción que se llevó a cabo de forma totalmente normal.
Tras ocho días de trabajo conjunto, los 10 astronautas finalizaron las actividades de transferencia de equipos y materiales entre los dos vehículos. Hacia las 19:00 UTC del 20 de diciembre, se celebró una breve ceremonia de despedida, seguida por numerosos abrazos y buenos deseos para todos. Durante los parlamentos, Thomas Reiter fue nombrado miembro honorario del grupo de astronautas de la NASA.
Después, Tyurin y López-Alegría hicieron sonar la campana en señal de despedida, mientras los tripulantes del Discovery entraban en su nave y se preparaban para la partida. Por primera vez en más de una semana, Tyurin y López-Alegría quedaban de nuevo solos, esta vez con Sunita Williams como nuevo miembro de la expedición 14.
El transbordador se separó de la estación a las 22:10 UTC (para un total de 7 días, 23 horas y 58 minutos de actividades conjuntas), y su comandante aún envió un último mensaje de buenos deseos a sus compañeros, mientras efectuaba con su nave un medio giro alrededor del complejo. Los astronautas aprovecharon dicho giro para fotografiarlo y documentar así desde la distancia el aspecto actual de la ISS, después de las últimas tareas llevadas a cabo en el sistema de provisión energética.
El Discovery se halla ahora en una órbita provisional que paulatinamente lo llevará hasta la posición adecuada para la reentrada y el aterrizaje en la zona preferente, en el centro espacial Kennedy. Sin embargo, no está claro que el tiempo meteorológico quiera cooperar. Si todo fuera bien, el transbordador se posaría a las 20:56 UTC del 22 de diciembre. Antes, el día 20, se empleará de nuevo el brazo robótico Canadarm para agarrar el sistema OBSS e inspeccionar la superficie de protección térmica del vehículo en busca de posibles daños ocurridos durante su estancia en órbita. Esta es una de las razones por las que el Discovery tardará tanto en efectuar la reentrada desde su salida de la estación.
Las reservas de consumibles a bordo durarán hasta el sábado. Por tanto, la NASA ha activado sus tres pistas de aterrizaje, de manera que se garantice el retorno antes de esa fecha. Sin embargo, la agencia preferiría no tener que posarse en White Sands, ya que ello prolongaría en un mes y medio el tiempo de retorno a Florida, retrasando las actividades para la próxima misión. (Foto: NASA)

Shuttle
Video Despedida

Alemania Inaugura una Red de Satélites Militares

Alemania prepara una constelación de cinco satélites equipados con radar para efectuar observaciones de la Tierra de carácter militar. El primero de ellos, el SAR-Lupe-1, despegó el 19 de diciembre, a las 14:00 UTC, desde el cosmódromo de Plesetsk. Un cohete comercial Kosmos-3M llevó hasta su órbita baja a su carga de unos 700 kg de peso, un vehículo dotado con una antena radar de 3 metros de diámetro. Gracias a ella, podrán obtenerse imágenes de alta resolución a cualquier hora del día (incluso de noche) y en cualquier circunstancia meteorológica. El SAR-Lupe-1, construido por la compañía OHB System para el Ministerio de Defensa alemán, operará en una órbita heliosincrónica, de modo que tendrá acceso a toda la superficie terrestre. Fue liberado por la etapa superior de su cohete media hora después del lanzamiento, mientras que sus señales empezaron a ser oídas en el centro de control apenas una hora después del despegue. Con una vida útil de unos 10 años, será seguido en breve por el resto de miembros de la constelación, que estará completa en 2008. (Foto: OHB System)

SAR-Lupe

martes, 19 de diciembre de 2006

Informe ISS/STS-116

Gracias a la cuarta salida extravehicular, se ha resuelto el problema del panel solar que no quería plegarse del todo. Fue sin duda un trabajo en equipo, en el que la improvisación también tuvo su importancia. Bob Curbeam y Christer Fuglesang salieron al exterior abriendo la escotilla a las 18:59 UTC del 18 de diciembre. Pasaron 6 horas y 38 minutos fuera de la estación, pero cumplieron todos los objetivos previstos para esta inesperada EVA, ideada para plegar los últimos 11 segmentos de uno de los dos paneles solares P6 (4B).
Con la ayuda de Sunita Williams y de Joan Higginbotham, quienes gobernaron el brazo robótico Canadarm-2 para trasladar y situar de forma precisa a sus compañeros, Curbeam y Fuglesang batallaron para lograr lo que no se había conseguido durante los días anteriores. Equipados con diversas herramientas, comprobaron rápidamente la existencia de un cable enredado que estaba evitando el plegado automático del panel. Colocándolo bien, los segmentos quedaron por fin bien alineados. Con precaución se plegó el primero, pero se apreció enseguida otra obstrucción en el camino, que costó de eliminar. A continuación, combinando pequeñas sacudidas, paradas y tirones, se fueron plegando, uno a uno los restantes segmentos. A las 00:34 UTC del 19 de diciembre, el panel solar completo, dentro de su caja, era por fin encerrado a la espera de su traslado.
Los astronautas también tomaron fotografías del otro panel, que tendrá que cerrarse en marzo, recogiendo mucha información que será crucial para los astronautas que se ocupen de ello. La última tarea fue asegurar mejor una capa de aislante que fue instalada en el Canadarm-2 días antes. Finalmente, los dos astronautas se dirigieron al interior del módulo Quest y cerraron la escotilla a las 01:35 UTC.
Curbeam se ha convertido en el astronauta que más paseos espaciales ha realizado durante una única misión de la lanzadera, cuatro, totalizando siete en su trabajo de apoyo a la construcción de la estación (45 horas y 34 minutos en el exterior). Durante la misión STS-116, se han acumulado 25 horas y 45 minutos de actividad extravehicular.
Tras el traslado definitivo de los últimos equipos entre los vehículos, el Discovery está listo para abandonar el complejo orbital y volver a casa. El transbordador se desacoplará hacia las 22:09 UTC del 19 de diciembre, y se posará en Florida, si todo va bien, hacia las 20:56 UTC del día 22. (Foto: NASA)

Shuttle
Video EVA-4

Satélite Experimental en Orbita

La agencia japonesa JAXA ha colocado en órbita a su nuevo satélite de comunicaciones experimental, el ETS-8 o Kiku-8. Despegó desde Tanegashima a las 06:32 UTC del 18 de diciembre, a bordo de un cohete H-2A-204 (F11), y fue liberado a los 28 minutos del lanzamiento en una órbita de transferencia geoestacionaria. Con un peso de 5.800 kg, el ETS-8 ha sido construido por Mitsubishi Electric y NEC para probar nuevas tecnologías en comunicaciones. A bordo transporta dos antenas enormes, pensadas para los clientes móviles, una para recepción y la otra para emisión de señales en banda S. El satélite tiene una envergadura total que alcanza los 40 metros, mientras que cada antena reflectora mide 19 por 17 metros (está compuesta por 14 módulos hexagonales), lo suficiente como para permitir que los usuarios móviles puedan usar terminales tan pequeños como los actuales teléfonos celulares. El vehículo, que quedará emplazado sobre la posición geoestacionaria 146 grados Este, dará servicio a todo Japón. Los controladores en la Tierra ya han detectado sus señales, se ha verificado la apertura de los paneles solares y se han llevado a cabo las primeras maniobras que lo llevarán a su posición definitiva. (Fotos: JAXA)

ETS-8

lunes, 18 de diciembre de 2006

Informe ISS/STS-116

El viernes 15 de diciembre, la tripulación del Discovery y de la estación espacial se tomó medio día de descanso, tras las intensas jornadas precedentes.
En la Tierra, la dirección del programa se vio obligada a mantener el control de orientación del complejo a través del sistema de propulsión del transbordador. Este había sido transferido el jueves al Discovery como parte de una paulatina desconexión de sistemas, necesaria para poder efectuar las reconexiones eléctricas que llevarían a cabo los astronautas durante su segundo paseo espacial. Cuando tras la excursión se intentó devolver el control a los giróscopos, una vez reactivado el suministro eléctrico a éstos, se detectaron problemas que los especialistas creen fueron debidos al elevado nivel de actividad solar, que había aumentado la densidad atmosférica y su alcance, incrementando el rozamiento. Así pues, se decidió posponer la transferencia durante algunas horas, completándose más tarde.
La tripulación dedicó el tiempo de trabajo asignado a continuar trasladando equipos y suministros, y los dos europeos, Reiter y Fuglesang, participaron en una conexión con dignatarios suecos. Más tarde, fueron los 10 astronautas quienes participaron en una conferencia de prensa.
Desde la Tierra, mientras tanto, los especialistas continuaban estudiando el problema del panel solar que no se había plegado del todo. Enviaron más órdenes al sistema, intentando liberar el enredo de cables y estudiando la respuesta del panel. Después de varias pruebas infructuosas, se decidió comunicar oficialmente a la tripulación algunos cambios en el plan de vuelo. Primero, durante la tercera salida, los astronautas Curbeam y Williams inspeccionarían la situación. Y en función de ello, podría programarse o no un cuarto paseo espacial para el lunes día 18.
Dicho y hecho, Bob Curbeam y Sunita Williams salieron al exterior el 16 de diciembre. A las 19:24 UTC, se abría la escotilla exterior e iniciaban su compleja serie de tareas. De nuevo se habían desconectado la mitad de los sistemas eléctricos de la estación, permitiendo que pudieran trabajar con los canales 1 y 4 que llevarían hasta ellos la electricidad generada por los paneles solares P4. Una vez conectados dichos canales, se volvieron a activar los sistemas, verificándose su perfecto funcionamiento. La ISS está ahora lista para recibir nuevos grupos de paneles solares y módulos habitables.
Las siguientes tareas fueron instalar un dispositivo de agarre en el brazo robótico y trasladar tres grupos de paneles de protección contra los impactos, de construcción rusa, hasta el exterior del módulo PMA-3. Una futura salida servirá para instalarlos en el módulo Zvezda. Finalmente, se dirigieron al panel solar P6 y manipularon el sistema de plegado. Mientras desde el interior de la estación se enviaban órdenes a los motores, los dos astronautas sacudían con cuidado la caja donde se iban guardando los segmentos del panel. La acción conjunta permitió plegarlo un poco más (hasta el 65 por ciento), permaneciendo aún 11 segmentos fuera de la caja. Curbeam y Williams regresaron después al interior del módulo Quest, tras una salida que había durado 7 horas y 31 minutos (se cerró la escotilla a las 02:52 UTC del 17 de diciembre). Todo había bien, excepto la pérdida de una cámara digital, que se convirtió en un inesperado satélite de la Tierra.
Los especialistas en la Tierra dieron finalmente luz verde para una cuarta actividad extravehicular. Se efectuaría el lunes, con Curbeam y Fuglesang como protagonistas, y para ello se extendió un día la misión del Discovery en órbita. El objetivo, completar el plegado, y recoger información para evitar que algo parecido ocurra de nuevo en marzo, cuando se intente hacer lo mismo en el otro ala del panel solar.
El domingo se dedicó pues básicamente a preparar la cuarta excursión extravehicular. Se pulieron los planes y los astronautas participantes dormirían dentro del módulo Quest a presión inferior. También se movilizó el Canadarm-2, ya que se utilizaría este brazo para llevar a los astronautas a lugares precisos del panel. (Fotos: NASA)

Shuttle
Video EVA-3

Wallops Regresa a la Actividad

Gracias a un lanzamiento para la Fuerza Aérea y la NASA, la isla de Wallops ha vuelto a la actividad espacial orbital. Un cohete Minotaur-I (SLV-6) despegó desde allí (rampa LA0B) el 16 de diciembre, llevando consigo a dos satélites experimentales llamados TacSat-2 y GeneSat-1 (foto derecha: OSC). El despegue, que se produjo a las 12:00 UTC, se desarrolló normalmente, situando a la carga principal TacSat-2 en una órbita baja de unos 400 km unos 11 minutos después del lanzamiento. El vehículo, construido por MicroSat Systems sobre una plataforma de unos 350 kg, es propiedad del Air Force Research Laboratory y tendrá varias funciones. Su principal objetivo es demostrar que es posible construir rápidamente un satélite, lanzarlo y ponerlo en activo en el espacio. Una vez demostrado esto, el TacSat-2 (foto izquierda: AFRL) dedicará entre seis meses y un año a sus 11 experimentos, entre los cuales se hallan un telescopio de medio metro de diámetro, un sistema de propulsión iónico, un panel solar avanzado, un receptor GPS, etc. El satélite trabajará respondiendo a las órdenes enviadas por las fuerzas militares desplegadas, obteniendo imágenes y transmitiéndolas a la Tierra con gran celeridad. También podrá actuar de forma autónoma.
La carga secundaria es propiedad de la NASA (foto derecha: NASA). El GeneSat-1, construido por el centro Ames con participación de varias universidades, fue desplegado 10 minutos después que su compañero de viaje y es un ejemplo de nanosatélite, es decir, un vehículo de pequeñísimo tamaño y peso (apenas 4 kg). Su misión experimental será trabajar durante cuatro días en la observación del comportamiento de bacterias E. coli en microgravedad y expuestas al entorno espacial, las cuales viajan instaladas en el interior de un mini-laboratorio. El equipo dispone de sensores que pueden detectar proteínas y otros productos de la actividad genética. Transcurrido el plazo, el satélite continuará operando y siendo seguido desde la Tierra gracias a una baliza. La NASA quiere evaluar la estabilidad de los sistemas de la carga orbital durante períodos de cuatro meses a un año.
Hacía 11 años que no se lanzaba un cohete orbital desde el suelo de la isla Wallops (21 años desde el último vuelo con éxito). En 1999 despegó desde allí un Pegasus bajo la panza de su aeronave de transporte.

GeneSat-1
TacSat-2
Minotaur