notesp

jueves, 15 de octubre de 2009

Informe ISS

La nave de carga rusa Progress M-03M despegó desde Baikonur a las 01:14 UTC del 15 de octubre, en dirección a la estación espacial internacional. Impulsada por un cohete Soyuz-U, alcanzó normalmente su órbita baja provisional, tras lo cual extendió sus antenas y paneles solares, iniciando la fase de aproximación al complejo, que debía durar un par de días. La también llamada 35P se acoplará a la ISS el 18 de octubre, para entregar su carga de suministros y consumibles. El vehículo transporta a bordo equipos y recambios, combustible, oxígeno y agua, alimentos y efectos personales para los astronautas, entre otras cosas. En total, casi 2,5 toneladas de peso. Los tripulantes de la estación vaciarán sus contenidos y después utilizarán el volumen disponible para almacenar basura y elementos desechables, que se destruirán cuando la Progress sea enviada a la atmósfera terrestre. (Foto: Energia)


Informe STS-129

El transbordador Atlantis fue trasladado a la rampa de lanzamiento 39A el 14 de octubre, donde será preparado para su despegue en dirección a la estación espacial internacional. El vehículo fue llevado sobre el habitual tractor oruga que recorrió los aproximadamente seis kilómetros de distancia entre la zona de despegue y el edificio de ensamblaje (VAB). Una vez asegurado, con la estructura protectora de servicio rodeando el Atlantis, podrá iniciarse el proceso de instalación de la carga útil. Si todo va bien, la misión STS-129 debería partir al espacio el próximo 12 de noviembre, pero la NASA se enfrenta a posibles conflictos con otros programas que también necesitan las instalaciones de seguimiento de Florida. Por el momento, el 19 de octubre llegarán los astronautas a la península para participar en la simulación de la cuenta atrás (TCDT), para practicar métodos de emergencia y probarse los trajes que utilizarán. (Foto: NASA/KSC)


El TDRS-1, Retirado del Servicio

El primer satélite de la constelación de satélites de comunicaciones de la NASA, el TDRS-1, va ha ser oficialmente retirado por la agencia, después de 26 años de funcionamiento. El próximo 28 de octubre, dejará de ser utilizado. Su sistema de transmisión ya no funciona correctamente y no puede enviarnos la información procedente de otras naves espaciales. Una vez apagados los sistemas no esenciales, el satélite será enviado a una órbita superior, donde no interfiera a sus sucesores geoestacionarios. El TDRS-1 ha durado varias veces más de lo previsto, y de hecho, ha trabajado ininterrumpidamente a pesar de que tras su lanzamiento llegó a pensarse que jamás podría utilizarse de forma operativa. Diseñado para servir como puente de comunicaciones entre las naves científicas de la NASA y los vehículos tripulados con la Tierra, fue enviado al espacio en la bodega del transbordador Challenger (STS-6) en abril de 1983. Acoplado a una etapa superior IUS, este sistema de propulsión falló y lo dejó en una trayectoria demasiada baja. Desde ese momento, los ingenieros y controladores pusieron en pie una estrategia que permitió emplear los pequeños motores auxiliares del vehículo para alcanzar una posición útil. Aunque debido a ello no pudo ser situado en una posición totalmente estacionaria (su órbita se ha estado inclinando casi un grado por año), se idearon formas de sacar el máximo provecho de él, hasta la fecha presente. Durante todo este tiempo, el TDRS-1 también ha sido utilizado para transmisiones de telemedicina con el Polo Sur (gracias a su progresivamente inclinada órbita). Otro integrante veterano de la flota, el TDRS-3 (lanzado en 1988), se ocupará de su trabajo en la posición geoestacionaria 49 grados Oeste. (Foto: NASA)

martes, 13 de octubre de 2009

Informe ISS

El regreso de los astronautas Gennady Padalka y Michael Barratt el 11 de octubre señaló el fin de la expedición de larga duración número 20 y el comienzo de la número 21, comandada ahora por el europeo Frank De Winne. La amplia tripulación de la estación espacial internacional había completado las últimas jornadas de trabajos y actividades conjuntas, que incluyeron un acto televisado y protagonizado por Guy Laliberté para concienciar a la Humanidad sobre el problema de la disponibilidad de agua potable. El sábado 10 de octubre, Padalka, Barratt y Laliberté se despidieron de sus compañeros y entraron en su cápsula Soyuz TMA-14, unida al módulo ruso Pirs. La separación definitiva se efectuó a las 01:07 UTC del día 11, y el aterrizaje propiamente dicho, a las 04:32 UTC. El descenso duró unos 50 minutos y se desarrolló perfectamente. Una vez sobre las estepas de Kazajstán, las fuerzas de rescate acudieron al lado de la cápsula y abrieron su escotilla para extraer a los tripulantes. Padalka y Barratt, después de una misión de más de seis meses, fueron tratados con sumo cuidado, mientras Laliberté recibió al personal de rescate y a la prensa desplazada con su ya conocida nariz roja de payaso. Después, los tres hombres fueron trasladados a la Ciudad de las Estrellas, en las afueras de Moscú, para reunirse con sus familias. Padalka y Barratt totalizaron 199 días en el espacio, 197 de ellos en la estación, por 11 de Laliberté (9 en el complejo orbital). En este último quedan Romanenko, Thirsk, De Winne, Suraev, Stott y Williams. Nicole Stott regresará en noviembre con el transbordador Atlantis, y los tres primeros lo harán el 1 de diciembre con su Soyuz. Williams se hará cargo entonces del mando de la estación, y permanecerá junto a Suraev hasta que el 21 de diciembre se lance otra Soyuz con Oleg Kotov, Timothy Creamer y Soichi Noguchi, para formar la expedición número 22. Los actuales miembros de la expedición 21 aún protagonizarán algunos hechos destacados, como la recepción de una nueva nave de carga Progress, la salida del HTV japonés, la llegada de un nuevo mini-módulo científico ruso, y la visita del Atlantis (STS-129). (Foto: NASA TV)


La LCROSS Completa Su Misisón

Los científicos de la misión se hallan ya sumamente ocupados estudiando los resultados de la fase crucial del programa LCROSS. Tanto la etapa de propulsión Centaur como la propia sonda LCROSS impactaron contra la Luna conforme a lo previsto, y si bien no existió el espectáculo visual que la NASA pronosticó que podría producirse, todo se desarrolló aparentemente de forma satisfactoria. La combinación LCROSS/Centaur, previamente en una órbita muy amplia alrededor de la Tierra, entró en la zona de atracción gravitatoria lunar hacia las 18:00 UTC del 8 de octubre. Pocas horas más tarde, a las 01:50 UTC del 9 de octubre, ambos vehículos se separaban entre sí. Unos 40 minutos después, la LCROSS frenaba su marcha ligeramente, mediante su propio sistema de propulsión, dejando que la Centaur llegara primero al punto de impacto. Durante la fase de acercamiento, la LCROSS envió continuadamente a la Tierra imágenes de la Luna, cada vez más centradas en el cráter Cabeus, así como numerosa información de su batería de instrumentos. La Centaur chocó contra la superficie a las 11:31 UTC, pero sin ningún despliegue visual, de modo que ningún telescopio terrestre ni espacial detectó nada brillante en el visible. La LCROSS sí detectó un breve y poco intenso resplandor, en el infrarrojo. Sin embargo, el impacto lanzó al espacio escombros que la LCROSS estudiaría al pasar sobre ellos, antes de chocar ella misma contra el suelo, a las 11:35 UTC. La LRO, en órbita lunar, también detectó rastros del impacto Los nuevos cráteres pudieron ser detectados a posteriori en el visible. La información de la LCROSS se transmitió a tiempo real a la Tierra y ahora es el turno de los científicos, que deberán estudiar si los escombros lanzados por el choque contenían trazas de agua o no. Este proceso tardará varias semanas. (Foto: NASA)


Hace 50 Años (53): Explorer-7

La NASA ha preparado el vehículo de reserva de su satélite S-1, perdido durante el lanzamiento unos meses atrás. Idéntico a este último, el S-1a sí conseguirá alcanzar el espacio, gracias al buen funcionamiento de su cohete Juno-II el 13 de octubre de 1959. Actuará hasta el 24 de agosto de 1961, proporcionando datos sobre la interacción del campo magnético terrestre con las partículas procedentes del Sol y las atrapadas en los cinturones de Van Allen. Durante este tiempo, descubrirá que las protuberancias o estallidos solares son capaces de emitir un torrente de partículas con empuje suficiente como para deformar la magnetosfera y provocar fenómenos tales como las auroras en latitudes relativamente bajas. El llamado Explorer-7 también mide la radiación solar reflejada en la atmósfera terrestre y sus detectores infrarrojos aportan información sobre las temperaturas que ello supone en función de la existencia o no de nubes. El detector de rayos cósmicos, por su parte, permite afirmar que su densidad aumenta a mayor altitud sobre la superficie terrestre. Todos estos resultados y otros determinarán el camino a seguir en el desarrollo de futuros instrumentos más sensibles y precisos. Por ejemplo, un sensor infrarrojo más sensible podría ser usado por los satélites meteorológicos para mostrar la capa nubosa con todo detalle. Sin embargo, no todo va bien, y los sensores de micrometeoritos no llegan a funcionar correctamente (las tres células fotosensibles no actúan), como tampoco los medidores de la radiación solar, esta vez por interferencias con el flujo de energía presente en los cinturones de Van Allen. El Explorer-7 supone un paso adelante en la investigación espacial norteamericana, debido a la cantidad y variedad de instrumentos científicos que transporta. De los 41,5 kg, 31,7 kg corresponden a los seis instrumentos. Se espera que permanezca en órbita durante unos 70 años. (Foto: NASA)
-Número de Lanzamiento COSPAR: 1959-Iota 1
-Número SSC: 00022
-Hora de Lanzamiento: 15:30:04 UTC
-Zona de Lanzamiento: Cabo Cañaveral LC5
-Nombre de la Carga Util: Explorer-7 (NASA S-1a)
-Masa al despegue: 41,5 kg.
-Organización Responsable: NASA/GSFC/ABMA (EEUU)
-Lanzador: Juno-II (AM-19A)
-Orbita Inicial: 556 por 1.088 km, inclinación 50,3 grados, período 101,3 minutos