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viernes, 11 de septiembre de 2009

Lanzado el Primer Vehículo de Carga Japonés HTV

Bajo un cielo encapotado, la agencia japonesa JAXA lanzó el 10 de septiembre el primer ejemplar de su nave logística HTV, a bordo de su primer cohete H-IIB (TF-1). El resonante éxito del lanzamiento significa un importante paso para dicha agencia en sus aspiraciones espaciales. El despegue se efectuó a las 17:01 UTC, desde la rampa LP2 de Tanegashima, y concluyó con la separación del HTV de la segunda etapa del cohete a los 15 minutos y 10 segundos del inicio de la misión. El HTV (H-II Transfer Vehicle) es una nave de carga y la segunda contribución importante a la estación espacial internacional realizada por Japón. Diseñado y construido de forma doméstica será capaz de transportar 6 toneladas de suministros. A diferencia de su homólogo europeo, el ATV, no dispone de un sistema de acoplamiento automático, de modo que su sistema de guiado se limitará a dirigir el vehículo y situarlo al alcance del brazo robótico Canadarm-2 de la ISS (a unos 10 metros), que se ocupará, bajo el gobierno de los astronautas, de capturarlo y unirlo a uno de los puertos laterales del complejo orbital. Una vez descargados sus contenidos, el HTV será llenado de basura y otros elementos desechables, desenganchado y enviado a su destrucción sobre la atmósfera terrestre. También a diferencia del ATV de la ESA, el HTV puede transportar cargas presurizadas y sin presurizar, y dispone de una escotilla cuadrada más grande (1,2 metros frente a los 0,8 metros circulares del ATV). Su carga útil también es inferior, pero puede llevar objetos mayores, lo cual será interesante cuando la lanzadera espacial deje de volar hacia la estación. Así pues, el HTV tiene aspecto cilíndrico, mide 4,4 metros de diámetro y unos 10 de largo, y pesa 10.500 kg. En un extremo encontraremos el módulo de propulsión, que permitirá maniobrar y cambiar de órbita (hacia y desde la ISS), un módulo de aviónica, con todos los sistemas de guía, comunicaciones, etc., y finalmente un módulo de carga. Este último está dividido en dos partes, En la interna se halla el UPLC o zona despresurizada, que dispone de una apertura lateral por la que podrán extraerse las cargas que permanecerán en el exterior de la estación. El Canadarm-2 podrá extraer dicha carga y llevarla a la plataforma externa del módulo japonés Kibo. En el extremo del HTV se halla el PLC o zona presurizada, donde se encontrarán las cargas a las que los astronautas podrán acceder directamente. En el UPLC se pueden llevar 1.500 kg, y en el PLC unos 4.500 kg. Su cohete H-IIB situó al HTV en la órbita prevista, en este caso elíptica (200 por 300 km). Durante el segundo día de vuelo, una vez establecidas las comunicaciones, el vehículo efectuó una primera maniobra de ajuste orbital. Se esperaban varias pruebas de demostración durante el tercer día, para verificar el buen funcionamiento de los sistemas de orientación y de propulsión. Después, paulatinamente, se dirigirá al encuentro de la estación espacial, en una órbita circular de 350 km. Una vez unido a ella, se transferirán dos experimentos, uno japonés (SMILES) y otro de la NASA (HREP), que quedarán expuestos en el exterior. Además, se introducirán en la estación, cuando los astronautas penetren en la zona presurizada, varios suministros almacenados en 7 racks HRR y 1 rack PSRR. Se espera una permanencia del HTV junto a la ISS de no más de 30 días. Para el lanzamiento del vehículo, la JAXA ha tenido que desarrollar una versión mucho más potente de su cohete H-IIA. La nueva versión, H-IIB, es un considerable salto adelante en cuanto a capacidad de carga útil, que podrá ser utilizada tanto en misiones en órbita baja como en dirección a la órbita de transferencia geoestacionaria (siendo capaz de transportar dos satélites a un tiempo). Para conseguir sus objetivos, los ingenieros han empleado tecnologías ya disponibles y probadas. En primer lugar, se ha duplicado el número de motores LE-7A en la primera etapa. El empuje de los dos motores es alimentado mediante un alargamiento de 1 metro de la etapa, y un aumento de su diámetro hasta los 5,2 metros. Todo ello permite llevar 1,7 veces la cantidad de propergoles del H-IIA. Además, se han instalado cuatro aceleradores sólidos SRB-A alrededor de la base del cohete. Se ha desarrollado también un carenado especial para el HTV. En total, el H-IIB mide 56,6 metros de alto y pesa 531 toneladas (sin la carga). Puede enviar 8 toneladas a una órbita de transferencia geoestacionaria, o 16,5 toneladas a una órbita compatible con la estación espacial. (Fotos: JAXA)

Informe ISS/STS-128

La meteorología fue finalmente la protagonista en los primeros intentos del Discovery de regresar a la Tierra. A la espera de indicaciones por parte del centro de control, los astronautas prepararon a su nave para el descenso, pero la orden no llegó. En cambio, el vehículo sí tuvo que maniobrar ligeramente para poder evitar un desecho espacial cuya trayectoria era demasiado próxima al Discovery. Se cerraron las compuertas de la bodega, mientras llegaba el momento previsto para el encendido de los motores de maniobra, para iniciar la reentrada. Sin embargo, la NASA informó a los tripulantes que la maniobra tendría que retrasarse al menos una órbita debido al mal tiempo en Florida. Transcurrida dicha órbita, se anunció a los astronautas que el aterrizaje no se llevaría a cabo el jueves como estaba previsto. La agencia reprogramó el retorno para el viernes 11 de septiembre, ofreciendo dos oportunidades de descenso en Florida y otras dos en California. Las previsiones de mala meteorología el viernes sugirieron centrarse sólo en la primera oportunidad de Florida. Si no era posible utilizarla, el Discovery se dirigiría directamente a la base de Edwards. (Foto: NASA)


Prueba Estática Para el Cohete Ares-I

Cuando aún se discute el camino que deberá seguir el programa tripulado de la NASA en los próximos años, la agencia continúa con sus planes de prueba de los elementos que deberían dar forma al futuro cohete Ares-I. El 10 de septiembre, en Utah, la compañía ATK efectuó un encendido estático de un motor de cinco segmentos como el que debería emplear la primera etapa del citado cohete. Recordemos que el mismo motor, en los aceleradores de la lanzadera espacial, sólo utiliza cuatro segmentos, por lo que es necesario comprobar su comportamiento bajo la nueva configuración. La prueba, llamada DM-1, fue completamente exitosa y sirvió para capturar gracias a 650 sensores una gran cantidad de datos sobre empuje, control de giro, acústica y vibraciones. En base a los resultados, la NASA tiene programada otra prueba similar para el verano de 2010. Además del quinto segmento, el motor utilizó una tobera con una garganta más grande (3 pulgadas adicionales), y modificaciones en la geometría interna del combustible sólido, además de otras mejoras. (Foto: NASA)


jueves, 10 de septiembre de 2009

Hace 50 Años (48): Luna-2

El fracaso anterior propicia que Korolev ordene preparar de inmediato otro cohete 8K72 y la correspondiente sonda E-1A, lista para volver a intentar un impacto contra la Luna. La cuenta atrás llegó al momento crítico el 9 de septiembre y los motores de la etapa central (8D75) empezaron a rugir buscando el empuje óptimo. Pero fue inútil: el conjunto acabó apagándose de forma prematura. Los demás motores, en los aceleradores, actuaron a media potencia esperando el momento adecuado para incrementarla, durante unos 20 segundos. Finalmente, debido al fallo de los motores del Bloque A, el despegue tuvo que ser abortado. Sin querer dejar escapar la ventana de lanzamiento, el cohete defectuoso (8K72 I1-7) fue retirado y en su lugar se colocó su vehículo de reserva (8K72 I1-7B). Demostrando la pericia de los técnicos, todo estuvo listo en dos días, y el 12 de septiembre de 1959, el Luna-2 parte en dirección a su objetivo. En esta ocasión la puntería no fallará: tras un viaje de 33 horas, la sexta sonda E-1 (E-1A) impacta entre los mares Imbrium y Serenitatis, en el cráter Autolycus. El choque de la nave de 390 kilogramos de peso se efectúa a unos 3 kilómetros por segundo, como si de un meteorito artificial se tratase. Aunque no se esperaba que la sonda sobreviviera al impacto, se han tomado las medidas necesarias para que, tras el choque, dos pequeñas esferas blindadas, abiertas y troceadas en una forma conveniente por la brutal embestida, se esparzan sobre el polvo lunar. Cada uno de los pedazos, pentagonales, contiene el escudo de la URSS y su distribución aleatoria a lo largo de la zona de alunizaje será un modo de conmemorar el evento. Quizás algún día, astronautas de la Tierra puedan alcanzar la zona del impacto (1 grado Oeste, 30 grados Norte) y recuperar alguno de los históricos pedazos. Antes del desenlace, los experimentos que el Luna-2 lleva a bordo funcionan según las expectativas depositadas sobre ellos. El microclima mantenido en el interior de la esfera instrumentada posibilita la utilización de los equipos tal y como si éstos estuviesen actuando en la Tierra (temperatura constante, presión normal). En esta ocasión, el mundo se halla ya preparado para una sonda soviética (se conocen los momentos apropiados durante los cuales una nave puede volar hacia la Luna), de modo que se obtienen numerosas fotografías de ésta y de la nube de vapor de sodio esparcida por la etapa superior Block-E en su camino hacia la Luna (a 150.000 km de la Tierra y consiguiendo un diámetro de 650 km). Además, los radioaficionados más equipados consiguen captar las señales telemétricas emitidas por el transmisor de a bordo. Las antenas de seguimiento occidentales que no están ocupadas siguiendo a otros vehículos dedican asimismo su atención al Luna-2, sobre todo en su fase final, cuando el pequeño altímetro albergado en el interior de la sonda va desgranando uno a uno, radiándolos hacia la Tierra vía transmisor, los emocionantes momentos del descenso y posterior impacto. Durante todo el viaje, el Luna-2 se ha mantenido ocupado efectuando observaciones sobre la naturaleza de los rayos cósmicos, así como de los componentes de una supuesta sustancia gaseosa de carácter interplanetario. Los detectores de micrometeoritos, por su parte, intentan averiguar si su peligrosidad podría impedir el vuelo humano al espacio. Las experiencias científicas, que también incluyen la medición de la radiación en los cinturones de Van Allen, se interrumpirán con el ya relatado choque, aunque bastarán para determinar que la Luna no tiene un campo magnético ni cinturones de radiación parecidos a los de la Tierra. También se sugiere la existencia de un flujo de energía (el después llamado viento solar), el cual necesitará un estudio posterior más profundo. El Luna-2 se estrella contra la superficie selenita a las 0 horas, 2 minutos y 24 segundos del día 15 de septiembre, hora de Moscú, convirtiéndose en el primer objeto terrestre que alcanza un mundo alejado y distinto al nuestro. Observatorios húngaros y suecos anuncian que han contemplado los escombros lanzados por el impacto hacia el espacio. Las fotografías muestran una zona oscura en el punto de destino, una mancha que se muestra visible durante unos dos minutos. La Luna se encuentra en esos momentos a 384.411 km de la Tierra. Los soviéticos, sin duda, lo han hecho bien. Se han perdido el centro matemático de la Luna por apenas 450 km. Estamos en 1959 y la aventura espacial no ha hecho sino comenzar. El desequilibrio entre las dos superpotencias parece acentuarse y ello no parece pasar desapercibido para nadie. Por si quedara alguna duda, los soviéticos serán mucho más abiertos esta vez. La ocasión lo vale, estamos ante ¡el primer artefacto construido por manos humanas que ha alcanzado un cuerpo extraterrestre! Se ofrecerá abundante información sobre la misión y se proporcionarán parte de las características físicas del vehículo. La euforia embarga a los soviéticos, y no sólo a los que han participado en el proyecto. La misión del Luna-2 ha coincidido con la primera visita de estado de Khrushchev a los Estados Unidos. El vehemente político explotará en lo posible el acontecimiento y regalará a Eisenhower una réplica de las esferas conmemorativas troqueladas que esparcieron sus contenidos sobre la superficie lunar. Los buenos resultados propagandísticos aconsejan continuar adelante con el plan. Y el siguiente punto en el calendario es claro: volver a nuestro satélite, esta vez para fotografiar su cara oculta. El fracaso del desarrollo del cohete 8K73 obligará a replantear la configuración de la siguiente sonda, pero en esencia, sus capacidades se mantendrán intactas. (Foto: NASA)
-Número de Lanzamiento COSPAR: 1959-Xi 1
-Número SSC: 00114
-Hora de Lanzamiento: 06:39:42 UTC
-Zona de Lanzamiento: Baikonur NIIP-5 LC1
-Nombre de la Carga Util: Luna-2 (E-1A No. 6) (AMS Luna-2)
-Masa al despegue: 390,2 kg.
-Organización Responsable: NII-88 (URSS)
-Lanzador: 8K72 (Vostok-L) (I1-7B)
-Orbita Inicial: Trayectoria de escape heliocéntrica.

Informe ISS/STS-128

Las imágenes enviadas a la Tierra del escudo térmico del Discovery no permitieron descubrir ninguna anomalía, así que la NASA dio luz verde al regreso del transbordador en el horario previsto del 10 de septiembre. La tripulación pasó el día previo al descenso preparando el vehículo para la maniobra. Se efectuó una comprobación completa de los sistemas de control aerodinámico y de los propulsores auxiliares. También se aseguró y almacenó todo aquello que no fuera a utilizarse durante la reentrada. Además, se instaló el asiento reclinado que ayudaría a Tim Kopra a resistir mejor el aterrizaje, en su retorno tras más de 50 días de ingravidez. Por último, los siete astronautas ofrecieron una rueda de prensa final con las grandes cadenas de noticias estadounidenses. La primera oportunidad de aterrizaje en Florida quedó establecida para las 23:05 UTC del 10 de septiembre. Una segunda estaría disponible para las 00:42 UTC del 11 de septiembre. Los meteorólogos anunciaron posibles tormentas en la península durante el fin de semana, así que si no fuera posible aterrizar en el momento previsto, la NASA consideraría desviar el Discovery hacia la base aérea de Edwards, en California, el viernes o el sábado. (Foto: NASA TV)


Stefanyshyn-Piper Deja la NASA

La astronauta Heidemarie M. Stefanyshyn-Piper ha dejado la NASA para regresar a la US Navy. Seleccionada en abril de 1996, voló en dos misiones de la lanzadera espacial (STS-115, en 2006, y STS-126, en 2008) y efectuó cinco salidas extravehiculares. Totaliza 27 días en el espacio y 33 horas de trabajos en el exterior de la estación espacial internacional. (Foto: NASA)


El Hubble Muestra Su Nuevo Potencial

La NASA ha dado a conocer nuevas imágenes obtenidas con el telescopio espacial Hubble. Después de la última misión de mantenimiento y reparación, en mayo de 2009, que incluyó la instalación de varios instrumentos científicos nuevos, los controladores han estado calibrando los equipos y verificando que todo esté en orden. El telescopio ha utilizado cuatro de sus seis instrumentos para realizar observaciones de objetivos astronómicos que permitan comprobar sus nuevas capacidades, y algunas de las imágenes obtenidas son las que se han presentado en estos momentos. El Hubble puede ahora investigar el Cosmos desde el ultravioleta hasta el infrarrojo cercano y mostrarnos un Universo con un detalle jamás ofrecido. Sus nuevos instrumentos son más sensibles que los anteriores, lo que le permite trabajar más rápido o acceder a objetivos más difíciles. A partir de ahora, el telescopio iniciará su rutinaria agenda de trabajo, que incluirá la observación de algunos cuerpos del cinturón de Kuiper, el nacimiento de planetas alrededor de otras estrellas, y el estudio de la composición de la atmósfera de planetas extrasolares. También se hará una revisión del cielo en el infrarrojo cercano que permitirá descubrir galaxias jóvenes, que existieron cuando el universo tenía menos de 500 millones de años. Se investigará asimismo el problema de la energía oscura. (Foto: NASA/STScI)


miércoles, 9 de septiembre de 2009

Informe ISS/STS-128

El Discovery abandonó su posición junto a la estación espacial internacional a las 19:26 UTC del 8 de septiembre. El piloto Kevin Ford fue el encargado de maniobrar la nave y de efectuar la tradicional circunvalación alrededor del complejo, con la dificultad añadida, en esta ocasión, de emplear sólo el sistema primario de cohetes auxiliares. El sistema secundario de motores más pequeños fue desconectado al principio de la misión cuando se encontró un escape de combustible en uno de ellos. Durante el sobrevuelo, se tomaron fotografías de la ISS y se grabó en video la operación. Poco después, se efectuó el encendido definitivo para que la nave se apartase de la estación e iniciase su propia ruta en dirección a la Tierra. Antes, los tripulantes utilizaron el brazo robótico de a bordo para hacer una última revisión del estado del escudo térmico del Discovery. En la estación, los astronautas disfrutarían de un día libre después de la partida de sus compañeros. De este modo estarían descansados para hacer frente a la próxima e importante visita: el vehículo logístico japonés HTV, cuyo lanzamiento debía ocurrir el 11 de septiembre. (Foto: NASA TV)


Lanzado un Misterioso Satélite Militar

Un cohete Atlas-V/401 (AV-018) lanzó el 8 de septiembre al espacio un satélite secreto militar. El despegue se produjo a las 21:35 UTC, desde la rampa SLC-41 de Cabo Cañaveral. No se conocen los detalles de la misión, a excepción de un nombre genérico (PAN o P360), aunque diversos analistas independientes consideran que se trata de un satélite de comunicaciones, probablemente geoestacionario. El vehículo ha sido construido por la compañía Lockheed Martin sobre una plataforma comercial A2100, y todo hace pensar que consiste en un ingenio pensado para cubrir el período de tiempo situado entre el final operativo de la constelación UFO (Ultra-High Frequency Follow-On) y la llegada de la nueva generación MUOS (Mobile User Objective System). En efecto, una vez en el espacio, los aficionados a la captación de señales de satélites detectaron una idéntica a la transmitida habitualmente por los UFO originales procedente del PAN. El satélite fue soltado en una trayectoria de transferencia geoestacionaria, y es de esperar que después sea llevado hasta su posición final. Anteriores misiones de este tipo, los UFO, no fueron secretos, de modo que es posible que este vuelo haya sido patrocinado por una agencia como la CIA, y no por el Departamento de Defensa. (Foto: ULA)


Resultados Preliminares del Comité Augustine

El Comité Augustine, encargado de examinar la actual y futura situación del programa tripulado estadounidense, dio a conocer el 8 de septiembre un informe preliminar que resume las conclusiones a las que ha llegado. A grandes rasgos, confirma lo ya esperado, que el presupuesto disponible en estos momentos imposibilitará a la NASA llevar a cabo su estrategia de regresar a la Luna. Ante tal constatación, el comité ofrece hasta cinco alternativas, sugerencias al presidente Obama, sobre por dónde podría dirigirse el programa tripulado de la NASA durante los próximos años. Por desgracia, cualquiera de las alternativas requeriría una mayor inyección de fondos si se pretende ir más allá de la órbita terrestre. La no actuación, ante la anunciada retirada del Space Shuttle, significaría que Estados Unidos se quedará sin acceso tripulado al espacio durante muchos años. En base al presupuesto propuesto para el año fiscal de 2010, el comité considera que, en una primera opción, sólo sería posible retirar la lanzadera espacial, abandonar la estación orbital internacional en 2015, y desarrollar el cohete Ares-I y la cápsula Orion para alcanzar la órbita terrestre baja. No habría dinero para el desarrollo del Ares-V ni para construir los elementos del programa lunar, a menos que se incrementara el presupuesto para permitir un regreso a la Luna a principios de los años 20. Sin ese incremento, no se espera un viaje lunar hasta los años 30. La segunda opción contemplaría prolongar el uso de la estación espacial, a cambio de abandonar el desarrollo del cohete Ares-I. Ello implicaría que la cápsula Orion tendría que volar a bordo de cohetes comerciales. A largo plazo, podría empezar a diseñarse un cohete pesado Ares-V (Lite) (140 toneladas a la órbita baja frente a las 160 del Ares-V), para futuros vuelos a la Luna (pero sin dinero para las naves necesarias para el alunizaje). Si el presupuesto de la NASA aumentara al menos en 3.000 millones de dólares adicionales al año, y luego, a partir de 2014, según la inflación, el comité plantea otras tres opciones posibles. En la primera, se mantendrían los planes actuales de retirar la lanzadera en 2011, abandonar la estación en 2015 y continuar con el desarrollo de los sistemas Ares-I/Orion y Ares-V/Altair. Ahora bien, no se espera que el Ares-I pueda estar listo antes del 2017, retrasándose asimismo el retorno a la Luna. La segunda opción en el marco de un presupuesto aumentado permitiría extender la vida útil de la estación hasta el 2020 y pensar en volver a la Luna, aunque bajo planes diferentes. Una posibilidad sería retirar el Shuttle como está previsto e iniciar de inmediato el desarrollo del Ares-V (Lite). Es decir, no se construiría el Ares-I y la cápsula Orion tendría que usar cohetes comerciales para volar hacia la ISS. Otra posibilidad sería extender la vida de la lanzadera hasta 2015, y emplear su tecnología para diseñar el cohete lunar pesado, que permitiría llegar a nuestro satélite a mediados de los años 20. Por último, la tercera opción con presupuesto aumentado propone olvidar por el momento el aterrizaje en la Luna, y centrarse en objetivos igualmente interesantes, como alcanzar la órbita lunar, sobrevolar Marte y sus satélites, visitar asteroides, los puntos de Lagrange, etc. La NASA no tendría que construir vehículos de aterrizaje, posponiendo esta tarea para el futuro, sólo cohetes adecuados para enviar la cápsula Orion a estos destinos, ya sea el mencionado Ares-V (Lite), un cohete comercial EELV, o uno derivado de la lanzadera. Todo ello sería posible a partir de mediados de los años 20. Las conclusiones pues, son claras: sin más dinero, la NASA no podrá abandonar la órbita terrestre. Con 3.000 millones de dólares adicionales, las opciones son diversas. En la mayoría de ellas, el actual cohete Ares-I, cuyo primer lanzamiento de prueba estaría muy cercano, podría no llegar a construirse. El Presidente Obama tendrá ahora que examinar las propuestas y tomar una decisión. (Foto: NASA)


martes, 8 de septiembre de 2009

Informe ISS/STS-128

El lunes 7 de septiembre sería el último día de actividades conjuntas entre las tripulaciones del Discovery y de la estación espacial. Después del período de sueño, finalizaron las últimas transferencias, cerraron la escotilla del módulo Leonardo y se utilizó el brazo robótico Canadarm-2 para devolverlo a la bodega del transbordador, donde será retornado a la Tierra. En su interior viajaría más de una tonelada de resultados y equipos que serán examinados tras el aterrizaje. A las 02:29 UTC del 8 de septiembre, los astronautas celebraban la ceremonia de despedida y pocos minutos después, a las 03:41 UTC, se cerraban las escotillas entre la ISS y el Discovery. Todo quedaba a punto para la separación del transbordador. Nicole Stott se quedó en el complejo orbital, y Tim Kopra se preparó para el retorno al hogar. (Foto: NASA TV)


lunes, 7 de septiembre de 2009

Informe ISS/STS-128

Después de la jornada protagonizada por la segunda salida extravehicular, y alcanzado el punto medio en su misión, la tripulación del Discovery disfrutaría por fin de un merecido descanso de varias horas. Por la tarde del 4 de septiembre, y después de una rueda de prensa de 40 minutos, regresaron a la actividad, uniéndose a sus compañeros de la estación en el proceso de traslado de suministros. También se iniciaron los preparativos para la tercera y última EVA, poniéndose a punto los trajes espaciales y la esclusa de salida. Olivas y Fuglesang, protagonistas de la excursión, pasarían la noche en el interior del módulo Quest. Su trabajo en el exterior, sin embargo, sería algo diferente a lo que el plan de vuelo predecía. Durante la segunda EVA, Olivas y Fuglesang descubrieron que unos cables en el sistema de acoplamiento PMA-3, pertenecientes al sistema de calentamiento, se hallaban en una configuración incorrecta, configuración que impediría su reposicionamiento, tal y como estaba previsto durante la tercera salida. Mientras los ingenieros estudiaban la situación, esta tarea fue eliminada del plan de trabajo de los dos astronautas. Los especialistas comprobaron posteriormente que había una discrepancia entre la orientación real del PMA-3 y la contemplada con anterioridad, algo que no supone ningún problema pero que obligará a hacer cambios. Danny Olivas y Christer Fuglesang salieron al exterior el 5 de septiembre, permaneciendo allí 7 horas y 1 minuto, y llevaron a cabo la mayoría de los trabajos previstos. Instalaron un sistema de unión para cargas útiles en la estructura de la viga central, que se usará en el futuro, reemplazaron un dispositivo que mide la orientación de la estación, esencial para los giroscopios, cambiaron un módulo de control de energía, instalaron dos antenas GPS y retiraron un cable auxiliar en el módulo Unity. Sin embargo, no pudieron conectar dos cables de aviónica que tendrán que ser unidos al módulo Tranquility, cuando éste sea enviado al complejo. Los conectores correspondientes no encajaban bien y se dejó la tarea para otro momento. En los momentos finales de la excursión, Fuglesang notó que la cámara y las luces de su casco se habían soltado, y Olivas le ayudó a unir un cable al equipo para que no se perdiera o dañara. De regreso al interior del Quest, se revisaron los anclajes para comprobar su estado. Los demás astronautas, mientras tanto, continuaron el proceso de vaciado y llenado del módulo Leonardo, además de revisar uno de los 16 tornillos que aseguraban su unión a la estación, el cual no funcionó correctamente. Por otro lado, se abrió un filtro en el sistema de generación de oxígeno, reemplazado poco antes de la llegada del Discovery, y se descubrió que se hallaba bloqueado en casi un 80 por ciento, por lo que fue cambiado. La tripulación tuvo más horas libres el domingo, habiéndose completado la mayor parte de los objetivos de la misión. Finalizada la transferencia de suministros y resultados entre la estación y el módulo Leonardo, todo quedó a punto para cerrar la escotilla de este último y su traslado a la bodega del Discovery. También se realizaron varias entrevistas con periodistas y representantes políticos en la Tierra. (Foto: NASA)