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viernes, 12 de marzo de 2010

Extensión de la Vida Util de la Estación Espacial

Ante la constatación de que la NASA debe abandonar por el momento cualquier iniciativa de envío de astronautas a la Luna, la estación espacial internacional adopta un papel crucial en cuanto a la presencia de hombres en el espacio durante la próxima década. La NASA ya no abandonará su presencia en dicho complejo y por tanto se amplían las perspectivas de que se prolongue la utilización de dicha infraestructura mucho más allá de lo que estaba previsto. Una reunión de los responsables del programa pertenecientes a todos los países participantes, celebrada el 11 de marzo, concluyó con un comunicado conjunto que confirma la intención de prolongar el uso de la ISS durante todo el tiempo que sea posible, rentabilizando las inversiones realizadas hasta la fecha. La estación está prácticamente completada y posee ya la capacidad de una ocupación constante por parte de seis astronautas. El complejo está pues listo para ser explotado científicamente de forma intensiva, algo que podría realizarse hasta más allá del año 2015, fecha contemplada hasta el momento. En efecto, no se han identificado impedimentos técnicos ni logísticos para que dicha ocupación se extienda hasta al menos 2020, y se va a trabajar para certificar que los elementos estructurales en órbita podrán operar hasta el año 2028. El nuevo presupuesto de la NASA, de ser definitivamente aprobado, garantizaría el citado uso de la ISS hasta 2020, y se espera llegar a acuerdos en los diferentes países participantes para que se siga utilizando durante la siguiente década. Para ello deberán identificarse los medios que permitan el envío continuado de personas y carga durante todo ese tiempo, lo que requerirá una coordinación de las aportaciones de cada agencia. (Foto: NASA)


El Interior de la Luna Titán de Saturno

Los datos enviados por la sonda Cassini han permitido a los científicos aprender muchas cosas sobre la luna Titán de Saturno. El seguimiento desde la Tierra de los sobrevuelos del vehículo cerca de este satélite ha aportado información adicional sobre su estructura interna. Los efectos gravitatorios sobre la trayectoria de la sonda proporcionan pistas sobre la distribución de la materia en su interior. Según los estudios realizados, dicho interior ha estado demasiado frío, y no ha conseguido separarse por completo en capas individuales de hielo y roca. Es decir, Titán se desarrolló y evolucionó de forma distinta a otras lunas del sistema solar, como Ganimedes, o como la propia Tierra. Así, sabemos que Titán se compone de hielo y roca a partes iguales, pero su distribución es bastante distinta. Podría compararse a un sorbete de hielo claveteado de rocas que nunca se calentaron más allá de una temperatura relativamente templada. Sólo en los 500 km más exteriores el hielo de Titán está libre de roca. Más abajo, ambos se hallan mezclados en varios grados. Esto demuestra que Titán se formó muy lentamente, en un millón de años, más o menos, poco después de la creación del sistema solar. Los científicos obtuvieron el mapa gravitatorio de la luna a partir de cuatro sobrevuelos realizados por la Cassini entre febrero de 2006 y julio de 2008, desde 1.300 a 1.900 km de distancia. No está descartado que Titán tenga un océano líquido bajo su corteza exterior. (Foto: NASA/JPL)

jueves, 11 de marzo de 2010

Hace 50 Años (60): Pioneer-5

Limitada por los lanzadores disponibles y por la complejidad de las tareas asignadas a las sondas interplanetarias, la NASA ha redefinido en diversas ocasiones los objetivos de la que será bautizada como Pioneer-5. La última sonda de primera generación estadounidense ha visto modificada su misión, que ahora consistirá en un simple y mucho más sencillo vuelo alrededor del Sol. Esta meta demanda una precisión inferior a la que sería necesaria para una trayectoria hacia Marte o Venus, mejorando las expectativas de éxito. A pesar de todo, no serán pocos los objetivos científicos que deberá afrontar el vehículo. La Pioneer-5 intentará colaborar en la definición exacta de la llamada Unidad Astronómica (la distancia media entre la Tierra y el Sol, establecida en unos 150 millones de kilómetros), al tiempo que efectuará algunas medidas de su entorno en su ruta alrededor de nuestra estrella. Una de las cuestiones más importantes y a la vez más dificultosas será el mantenimiento del contacto con la astronave durante el viaje. Las condiciones reinantes en el espacio son muy duras y suelen dificultar el funcionamiento de los instrumentos en el vacío y a temperaturas y dosis de radiación extremas. El desarrollo y preparación de la Pioneer-5 como orbitador solar han sido muy complicados. El despegue no ha podido programarse hasta 9 meses después de lo previsto en el plan original. Bajo la responsabilidad del Goddard Space Flight Center, la compañía Space Technology Laboratories realizó la construcción de la sonda y de la etapa superior Able-IV, utilizando para ello el mismo diseño básico usado en el desarrollo del satélite científico Explorer-6, lanzado al espacio en agosto de 1959, a bordo de un Thor-Able-III. El Explorer llegó a pesar casi 65 kg. al despegue, pero esa cantidad resulta excesiva para la capacidad de este cohete en una misión de escape, de modo que su masa ha tenido que ser disminuida de forma considerable. Las mayores diferencias entre ambos vehículos se centran en el tamaño, la forma de los paneles solares y en el número de instrumentos que viajan en la Pioneer. La nave, definitivamente, consiste en una esfera de 66 centímetros de diámetro; cuatro paneles solares están unidos a su superficie mediante brazos articulados, de tal forma que, totalmente extendidos, le confieren una envergadura total de 1,40 metros. La sonda, en total, pesa 43 kg. En su interior se hallan varios instrumentos, destacando el magnetómetro, la cámara de ionización y el tubo Geiger-Muller, los dos telescopios de rayos cósmicos, el contador de micrometeoritos, una célula fotoeléctrica, etcétera. El propio Goddard SFC se ha encargado de poner a punto cada uno de ellos. Junto a los experimentos, la Pioneer-5 contiene los elementos indispensables para la consecución de la misión, como sistemas de navegación, transmisión de datos, una batería de níquel-cadmio... Uno de los aspectos más interesantes del equipo instalado en la nave es el Telebit, un nuevo sistema de telemetría digital que ya fue probado en el Explorer-6 y que será un gran paso adelante para garantizar las comunicaciones en futuros vuelos interplanetarios. Su lanzador, el Thor-Able-IV, fue trasladado a la rampa número 17A de Cabo Cañaveral, en Florida, en octubre de 1959. Allí tuvo que esperar la llegada de su carga útil hasta marzo de 1960, momento del despegue. Ante el cambio de filosofía adoptado (el paso de sonda hacia Venus a orbitador solar), los objetivos de la misión varían ligeramente. Los responsables de la NASA pretenden ahora colocarla entre las órbitas de la Tierra y Venus, convenientemente situada para recolectar información sobre el medio ambiente que rodea al Sol, sobre todo acerca de la radiación cósmica, campos magnéticos, fenómenos solares y distribución de polvo de meteoritos en el espacio. El estudio de los rayos cósmicos y el viento solar es particularmente interesante ya que este último no puede ser observado con facilidad desde la Tierra: interacciona constantemente con los campos magnéticos naturales de nuestro planeta (los llamados cinturones de Van Allen) y no alcanza su superficie. La Pioneer-5 es finalmente lanzada al espacio con total normalidad, el 11 de Marzo de 1960, restituyendo el honor de un sistema, el Thor-Able, que no ha conseguido desempeñar buenos papeles durante sus anteriores misiones hacia la Luna. La última fase del cohete inserta directamente a la sonda en una trayectoria alrededor del Sol. Moviéndose sobre el plano de la eclíptica al igual que la Tierra, la Pioneer-5 queda situada en una órbita cuya máxima distancia a nuestra estrella es de 0,99 UA y la mínima de 0,80 UA. Inmediatamente después del despegue, cuando la sonda se halla a una altitud respecto a la Tierra de unos 8.000 km., se lleva a cabo la eyección de la tercera fase del cohete, ya innecesaria. El vehículo avanza a una velocidad de 11,1 km/s, ligeramente superior a la prevista (10,9 km/s). Muy pronto, los instrumentos instalados a bordo empiezan a enviar información a la Tierra. Esta situación se prolongará unos tres meses, antes de que se interrumpa el contacto. Durante este tiempo, se recolectarán datos acerca del viento solar, sobre la actividad del Sol (protuberancias principalmente), densidad de meteoritos, etcétera. Hasta la pérdida de contacto, acaecida el 26 de junio de 1960, la nave habrá recorrido muchos millones de kilómetros. La última comunicación se hará a unos 36 millones de kilómetros de distancia, un nuevo récord. Nunca anteriormente se había podido mantener el contacto con ningún objeto tan alejado. Dicha cifra es 55 veces mayor que la cifra anterior, lo que dice mucho en favor de los sistemas con los que está equipada la Pioneer-5. A pesar de todo, es una magnitud aún inferior a la necesaria para garantizar las comunicaciones con una sonda enviada a Marte o Venus. (Fotos: USAF/NASA)
-Número de Lanzamiento COSPAR: 1960-Alfa 1
-Número SSC: 00027
-Hora de Lanzamiento: 13:00 UTC
-Zona de Lanzamiento: Cabo Cañaveral LC17A
-Nombre de la Carga Util: Pioneer-5 (NASA P-2) (Able-6)
-Masa al despegue: 43 kg
-Organización Responsable: NASA/GSFC (EEUU)
-Lanzador: Thor-Able-IV (Thor-219, 59-2340) (DM-1812-6A)
La NASA adapta el lanzador Thor-Able-III para su uso en trayectorias interplanetarias. El Thor, modificado a la versión DM-1812-6A (un DM-18A con motor MB-3 Block II, de 734 kN de empuje, al que se le han añadido aletines y quitado el guiado y la ojiva), soporta el peso de la segunda etapa Able-IV (motor AGC AJ10-101A), preparada para hacerse cargo de las labores de guiado. Sobre ésta se encuentra la habitual tercera etapa sólida Altair, con motor ABL X-248-A4. El Thor-Able-IV será utilizado una única vez.
-Orbita Inicial: Heliocéntrica

miércoles, 10 de marzo de 2010

Simulación de las Comunicaciones Espaciales en Tu Ordenador

La NASA pone a disposición del público una nueva herramienta educativa. Se llama ScaN (Space Communication and Navigation) y consiste en una simulación en 3D que visualiza cómo se transmite la información entre la Tierra y las naves espaciales y viceversa. El programa se descarga y permite ser instalado en nuestro ordenador. Una vez en marcha, podemos seleccionar una nave espacial y hacer un seguimiento sobre el camino que siguen los datos y las comunicaciones entre ella y nuestro planeta. Por ejemplo, podemos seleccionar el satélite ICESat y ver cómo los datos son enviados desde la estación antártica de McMurdo. También es posible ver cómo se transmiten las comunicaciones entre la estación espacial internacional y los satélites repetidores TDRS, y de ellos a la estación terrestre de White Sands. Por último, podemos comprobar el camino que siguen las conexiones entre algunas sondas interplanetarias y la Tierra, a través de la Deep Space Network. Los vehículos espaciales disponibles son el Hubble Space Telescope, la estación internacional, el transbordador espacial, los robots marcianos Spirit y Opportunity, las sondas Cassini y Lunar CRater Observation and Sensing Satellite (LCROSS), y los satélites ICESat y Aura. El usuario puede contemplar algunos de los datos transmitidos, como videos de la estación o imágenes del Hubble. (Foto: NASA)


lunes, 8 de marzo de 2010

Lanzado el Satélite Militar Yaogan-9

China lanzó el 5 de marzo un nuevo satélite militar de la serie Yaogan. Un cohete CZ-4C despegó desde la base de Jiuquan, a las 04:55 UTC, llevando a bordo al Yaogan-9, un ingenio aparentemente distinto a anteriores vehículos de esta familia. Parece cada vez más claro que Yaogan es una etiqueta general equivalente a la “USA” estadounidense o la “Kosmos” rusa, que engloba diferentes programas militares. En el caso presente, los analistas creen que podría tratarse de un satélite equipado con un radar SAR, y que incluso podría incluir varios subsatélites. Su órbita es semejante, efectivamente, a la utilizada por los satélites observación oceánica americanos (NOSS), a unos 1.100 km de altitud.

Los Astronautas del Discovery Practican la Cuenta Atrás

Con el transbordador Discovery en su rampa de lanzamiento, los astronautas de la misión STS-131 participaron el 5 de marzo en la simulación de la cuenta atrás. El ejercicio se desarrolló normalmente, dando oportunidad a tripulantes y personal de tierra a practicar lo que el próximo 5 de abril tendrá que llevarse a cabo de forma definitiva. Por la tarde, los astronautas regresaron a Houston, donde continuarán su entrenamiento. (Foto: NASA/Kim Shiflett)