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viernes, 28 de abril de 2006

Prototipo de Lanzadera Italiana

El CIRA (Centro Italiano Ricerche Aereospaziali) se halla enfrascado en el desarrollo de un prototipo de vehículo espacial reutilizable no tripulado. Tras tres años de trabajos, los ingenieros han construido un demostrador a escala que acaba de ser presentado al público. Será enviado pronto a la base de lanzamiento Trapani Milo, de la Agencia Espacial Italiana, desde donde efectuará su primera misión entre junio y agosto de este año. Los resultados obtenidos podrían empujar tanto a Italia como al resto de Europa a la construcción de un vehículo mayor que permita sustituir en algunas de sus funciones a la actual lanzadera estadounidense. (Foto: CIRA)

CIRA

15 comentarios:

Manuel Montes dijo...

Salutacions, Albert. Estos trabajos probablemente no lleguen muy lejos, porque el concepto de avión reutilizable espacial sigue siendo caro (la tecnología no ha hecho un avance cualitativo suficiente desde la concepción del Shuttle), y ahora parece primar más la prudencia económica, sobre todo en Europa.

JCasado dijo...

Muy buenas, Manel, y enhorabuena por el blog. Lamentablemente estoy contigo, dudo que esto pase de la mesa de diseño (bueno, deberíamos ir cambiando esa expresión por "la pantalla de diseño"), no sólo por el tema que comentas de que el avión espacial es caro, sino porque lamentablemente todavía Europa no invierte lo que le correspondería (en proporción, como indica Albert) en materia espacial.
De todas formas, no entiendo muy bien por qué empeñarse en complicar las cosas poniéndole alas. Un vehículo con el mismo concepto, reutilizable, pero sin alas, sería bastante más sencillo. El concepto original del Kliper, por ejemplo, de fuselaje sustentador (o del ya olvidado CRV). Porque algo así es muy necesario si se quiere mantener una permanencia humana permanente en órbita. Sin el Shuttle, perderemos la capacidad de carga de descenso, y no será posible traer a la Tierra resultados de experimentos (salvo los pequeños y ligeros), o equipos para reciclar (como los sistemas Kurs) o sistemas averiados para su reparación. Una especie de Progress reutilizable, con capacidad de carga hacia abajo, sería muy útil. ¿Por qué complicarlo más?
En fin, en cualquier caso, no creo que lo veamos en el corto plazo.
Saludos y enhorabuena de nuevo.

Manuel Montes dijo...

Lo que es significativo es la negativa inicial de la ESA a colaborar económicamente en los estudios rusos del Kliper. Independientemente de consideraciones geopolíticas, parecen más interesados en vehículos alados, cuando, en efecto, a corto plazo lo otro parece más conveniente.

JCasado dijo...

Tengo esperanzas, aunque reconozco que pocas, de que se reconsidere el tema del Kliper. Me gustaría saber algo más sobre los verdaderos motivos, lo oficial dice muy poco. La excusa fue que había que poner dinero sin recibir gran cosa a cambio (los retornos industriales son básicos en la política de la ESA), pero no sé si será la razón principal o una simple excusa. Si de verdad es esa la razón, podría ser una posición de fuerza para obligar a los rusos a ceder algo de responsabilidad en el desarrollo (aunque no me parece que los rusos sean muy dados a eso), pero me da a mí que más bien es que Europa aún no se decide a actuar como potencia espacial real, y mientras puedan comprar asientos en vehículos ajenos, no parece que los gobiernos estén por la labor de invertir en uno propio.

JCasado dijo...

Cuestión de dinero. Tanto el Concorde como el Shuttle se esperaba que fueran rentables, pero ninguno lo fue.
Estoy contigo en que la investigación es básica para alcanzar el deseado objetivo de reducción de costes... lo malo es que para bajar costes a medio-largo plazo, hay que invertir dinero ahora, lo cual no gusta mucho a los gobiernos.
En cuanto a lo de cambiar el Shuttle por el CEV, no sé si calificarlo de "paso atrás", pero desde luego no me parece un paso adelante. En primer lugar, porque son vehículos de características muy diferentes, y hasta complementarios (aunque mantener los dos sería caro), por lo que más que paso atrás o adelante, es un cambio de rumbo. Mi mayor queja sobre el CEV es que no innova, no supone ningún avance de cara al abaratamiento del acceso al espacio, para mí básico si de verdad queremos darle un impulso a la exploración tripulada. Y por último, aunque ya no es culpa del vehículo en sí, está mi "queja" sobre la política espacial de Bush, que quita el dinero a la ciencia para dedicarlo a misiones espectaculares y de prestigio nacional; que hasta es lógico que se hagan, y más desde un punto de vista político, pero que se rasquen el bolsillo para hacerlo. En lenguaje de la calle, que no desvistan a un santo para vestir a otro, sobre todo si desvisten una talla del s. XVI para vestir una virgen de plástico.
Bueno, al final nos hemos desviado del tema, pero son divertidos estos debates. :-)

Manuel Montes dijo...

La "Vision for Space Exploration" lo ha cambiado todo. La NASA tiene ahora un destino fuera de la Tierra que implica un vehículo radicalmente diferente al Shuttle. Y como se pretende que ese vehículo sirva también para la órbita baja, no queda otro remedio que volver a los sistemas balísticos. El principal problema que yo le veo es que si cambian las prioridades, digamos de aquí a 2 o 3 años, por ejemplo si el próximo Presidente no piensa hacer honor a los actuales proyectos lunares/marcianos (para controlar el galopante déficit fiscal en parte impuesto por la guerra, etc.), entonces no tendremos ni CLV ni Shuttle, pues sobre éste último se ha perdido ya la confianza y sólo se mantiene en vuelo porque es indispensable para que el programa de la estación internacional no se desmorone. Se entraría en un nuevo período negro desde el punto de vista norteamericano que en esta ocasión podría acarrearles graves consecuencias, dada la pujanza de otras potencias con objetivos más pragmáticos.

JCasado dijo...

Pues qué quieres que te diga... que estoy de acuerdo en todo, así da para poco debate :-)

Sí, yo creo como tú, que por mucho que pueda devaluarse la "visión" en el futuro, al final el CEV se hará. Entre otras cosas, porque no hay más remedio: el Shuttle tiene los días contados, y los EEUU no pueden quedarse sin vehículo para sus astronautas, sería algo inaceptable para su prestigio. Por tanto, el vehículo (el CEV con su lanzador CLV) no creo que ningún presidente lo cancele. Ahora bien, que se use para ir más allá de la órbita terrestre, ya es otro cantar...

Personalmente, creo que sí es posible que se termine volviendo a la Luna. No lo sé seguro, por supuesto el dinero manda, pero se ha hecho demasiada publicidad sobre ello para que pueda desmontarse con facilidad. Salvo que haya razones claras (una crisis económica, o algo similar), podría estar mal visto políticamente echarse atrás de ese "gran proyecto". Por eso, creo que se volverá, pero lo que no creo, al menos en muchos años, es que se vuelva, como se dice, "para quedarse". Montar bases lunares es complejo, pero sobre todo muy caro, carísimo, por la cantidad de material a llevar (y a desarrollar). Por eso, creo que se volverá, pero más bien en plan Apollo. Lo cual serán meras misiones "escaparate".

Sobre los chinos, quizás la única "gesta" sea que un país considerado hasta hace poco casi tercermundista haya sido capaz de dar este salto tan rápidamente. Pero estoy de acuerdo, hoy día prácticamente cualquiera puede hacerlo si se pone el empeño y el dinero suficiente. Pero bueno, sigue teniendo su mérito. Y sobre todo, "animan el cotarro", lo cual tampoco está mal.

Manuel Montes dijo...

Lo que comenta Albert sobre la relativa poca innovación china de efectuar algo que ya se hizo hace muchos años, es cierto, aunque hay que tener en cuenta como están las cosas ahora. Es decir, ¿tendrá tomatierras disponibles la NASA cuando las tenga China? Lo notable de este último país es la sistemática superación de una serie de objetivos, más rápido que lo que tardaron en su día las potencias espaciales, de modo que en un par de décadas su programa, en capacidades, podría estar muy parejo a las de ellas. Entonces, con una mayor igualdad de partida, veremos lo que realmente serán capaces de hacer y de innovar.
Sobre lo de volver a la Luna, como comenta Javier, no es "si" sino "cuando", porque resulta obvio que eso ocurrirá. Lo que no está tan claro es quién lo llevará a cabo. Porque si en 2008 los chinos efectúan su paseo espacial con tres astronautas a bordo, si después hacen un encuentro y cita espacial, si mientras tanto se preparan los CZ-5... Con esta misma tecnología se puede dar la vuelta a la Luna como hicieron las Zond/L-1 soviéticas. De nuevo muchos años más tarde, sí, pero la pregunta es, no quién puede hacerlo ahora (los mismos rusos) sino, quién está dispuesto a hacerlo. Y los chinos pueden estarlo. Si además te colocan una pequeña estación orbital, en la práctica, sin el Shuttle activo, no habrá tanta diferencia entre unos y otros a los ojos de la opinión pública mundial, y eso es lo que están buscando.

JCasado dijo...

¡Menos mal que has aclarado lo de la errata, ya nos veíamos de luto! :-) (la verdad es que lo había leído con el "con" incluso aunque faltaba... la mente a veces completa las frases por sí sola).

Oye, Albert, dime dónde has tuneado el 600, y la primavera que viene lo cojo, me voy también para Matadepera, y nos pegamos una buena calçotada, si os parece bien (Manel, prepara la barbacoa, yo llevo el vino). Lo que comentas del mismo vehículo para ir a la Luna y a Marte (y a la órbita baja), es algo que también me chocó mucho cuando se anunció la "visión", ya en enero de 2004. En aquel momento, la única salida que le veía era hacerlo modular (escribí un largo rollo al respecto, en http://fjcasadop.blogspot.com/2004/04/la-poltica-espacial-de-bush.html), y efectivamente, la solución propuesta luego por la NASA fue esa. De esta forma sí puede hacerse: simplemente le añades al CEV (o al Kliper) los módulos que necesites en cada caso: un módulo habitáculo (porque pasar meses en la capsulilla debe poner de los nervios), un módulo de propulsión, un módulo almacén seguramente, un módulo de descenso... vamos, que te montas una mini-estación propulsada, y cualquier parecido con el CEV original es pura coincidencia (sí, que el trocito que aterriza en la Tierra es el mismo en todos los casos, nada más). Y posiblemente los módulos adicionales, o al menos algunos de ellos, serían distintos para ir a la Luna y para ir a Marte (o si usas el mismo, estaría sobredimensionado para misiones lunares, lo que no es operativo). Desde mi punto de vista, así sí puede hacerse (que se haga finalmente es otro cantar), pero decir que es un único vehículo, es mucho decir.

Totalmente de acuerdo en lo de la minería: montar una infraestructura así hoy día es prácticamente una utopía. Como dices, la cantidad de material a llevar sería ingente, y el coste, descomunal. Con suerte, dentro de 100 años...

Manuel Montes dijo...

Con China nunca se sabe, Albert, pero veo que, a falta de mayor presupuesto que el que tienen (una de las razones de que no vayan más rápido es que producen los cohetes y las naves tripuladas a cuenta-gotas, modificándolas según los resultados de la misión precedente), aún nos darán alguna sorpresa. Sobre todo porque no lo cuentan todo y en ocasiones te encuentras con programas de los que apenas se sabía nada, como el reciente lanzamiento del Yaogan. Obviamente, con su tecnología actual no se puede aterrizar en la Luna, pero sí dar la vuelta alrededor de ella, que es lo que hicieron los soviéticos con las L-1, pero sin tripulantes. Y digo hicieron porque realmente lo lograron, a falta de introducir cosmonautas en su interior (recordemos la historia de la carrera con el Apolo-8). De la misma manera, los rusos ya han hablado de resucitar los vuelos circunlunares, esta vez para turistas. No es complicado para ellos, pues aún tienen la Soyuz y el Proton. No hay motivación científica para ello, pero sí comercial y económica. China, además, tendría la motivación de prestigio. Están molestos porque no les dejan participar en la ISS, y aunque las razones para eso son políticas, quieren demostrar que podrían hacerlo. En unos años, si las cosas se arreglan, podríamos tener una Sheznhou uniéndose a la ISS...

Manuel Montes dijo...

Mando un saludo muy grande a Carlos, y coincido plenamente en casi todo lo que dice. A la astronáutica le falta algo como lo que le ocurrió a la aviación, que tras una fase experimental, recibió el latigazo del desarrollo militar, debido a las dos grandes guerras, y luego, incluso manteniendo esa conexión, ya empalmó con el mundo civil, que la ha explotado hasta nuestros días. El mundo privado, quizá por costes, aún no ha abrazado totalmente a la astronática, aparte de ciertos nichos, como las telecomunicaciones, aunque parece que las cosas van cambiando poco a poco. Los rusos han entrado en una espiral en la que tienen a un turista espacial esperando para cada uno de los dos viajes al año de sus Soyuz, para los próximos años. Virgin Galactic está agazapada, esperando llevar masivamente la experiencia suborbital un día de éstos, y a medida que la demanda se dispare, bajarán los precios y se invertirá más. Como no se den prisa, igual las agencias gubernamentales deberán dejar paso a la empresa privada, incluso para volver a la Luna!

JCasado dijo...

Hola Carlos, encantado de conocerte.

Totalmente de acuerdo con tu envío anterior vía Albert, pero lo de éste nuevo, no lo veo tan claro.

Efectivamente, el Shuttle "no va a ninguna parte" (y eso que ahora al menos va a la ISS, que antes ni eso), pero tampoco iban a ninguna parte ni la Mercury ni la Gemini, aunque fueran pasos previos para la que sí iba, la Apollo. Pero comentas que tampoco había mucho interés por la Apollo...

Desde mi ignorancia en el mundillo maquetístico, se me ocurre una posible explicación: el shuttle en sus primeros años era contemplado como una máquina maravillosa, un prodigio de la tecnología (y realmente había bastante de cierto en ello, fue revolucionario en su día), era el primer paso hacia el futuro... pero el futuro se alargó demasiado, el shuttle fue envejeciendo y el interés hacia él decayendo. Ya no era algo espectacular, sino lo normal del día a día.

Con un Shuttle ya muy visto y sin nuevos proyectos, había que echar la vista atrás. Como los americanos se miran bastante el ombligo, supongo que los proyectos rusos no les llamaban mucho la atención (curioso, precisamente por su "rareza", su casi desconocimiento durante años, deberían ser interesantes para los maquetistas, creo yo). Y el Apollo estaba muy visto. Así que quedaban los orígenes, el Mercury y la Gemini, prácticamente proyectos desconocidos para el ciudadano medio hoy día, y que quizás resultan más atractivos hoy para los maquetistas que los manidos Apollo y Shuttle. No sé, es una opinión...

En cuanto al comentario del niño... no sé, pero me da a mi que estaba repitiendo una opinión oída en forma de crítica a su padre. Y es que hoy parece que la moda en los USA es decir que el Shuttle es una m... Y me parece muy injusto, la verdad.

JCasado dijo...

Carlos, pues venga esa opinión sobre el futuro de la astronáutica... ¿Y eso de que es sólo una humilde opinión? ¿Y qué te crees que son el resto? (hablo por mi, al menos). Hale, cuenta, a ver si empezamos otro debate.

Albert, sobre tu "encuesta" sobre si pensamos que un salto a 100 km de altura es ser astronauta... pues mira, mi opinión es que ser astronauta no depende de eso. Si hablamos de pasajeros, tan poco astronauta es para mí el "turista" que da ese salto, como el que sube a la ISS. Y si hablamos del piloto, pues vaya... como que tampoco: en el caso del salto, se parece más a pilotar un avión avanzado que otra cosa. Si no hay órbita, si no entra en juego la mecánica orbital, poco tiene de vuelo espacial, haya o no atmósfera en el exterior.

De todas formas, para mi un astronauta es alguien con una determinada formación para realizar un determinado trabajo en el espacio. Claro, que es una opinión, y que no coincide con lo aceptado por ahí, que dice que cualquiera que suba a más de 100 km ya es astronauta. Pero bueno, querías nuestra opiníon, pues ahí va la mía (aunque sinceramente, me importa poco: de la exploración espacial, aunque sean los que más ve la gente, no creo que sean los astronautas los más importantes; claro, que será deformación profesional...)

Manuel Montes dijo...

Sobre la anécdota de las maquetas, Carlos, lo entiendo perfectamente. La lanzadera tiene una cierta mala fama entre los niños, porque la han visto protagonizar un funesto episodio reciente que Javier explica muy bien en su libro. Y si ellos no compran esa maqueta, los padres prefieren cosas más antiguas, porque la nostalgia es uno de los motores más poderosos del coleccionista!
Respondiendo a Albert sobre si hay que considerar o no astronautas a quienes superan cierta altitud, lo cierto es que yo opino también que el límite debería situarse en la velocidad orbital. Lo que ocurre es que dicho límite lo colocó no recuerdo bien si fue la federación aeronáutica internacional hace un porrón de años, y que por esas reglas incluso los pilotos del X-15 debían ser considerados astronautas. Ahora bien, en una época de competición con los soviéticos, cualquiera le niega el estatus de astronautas a Shepard y a Grissom en las primeras Mercury! Pero actualmente, en cuanto empiecen los vuelos suborbitales rutinarios privados, la cosa se desnaturalizará un poco. Algo así ha ocurrido con considerar a Plutón como planeta. Al principio bien, lógico, pero cuando empiezas a encontrar muchos planetoides semejantes, e incluso mayores que él..., ya no es lo mismo.

Manuel Montes dijo...

Creo que en este punto sería interesante recordar que desde hace unos 10 años o quizá ya más, se innvierte más en el espacio desde el sector privado que en el gubernamental. Esta inversión parece invisible porque ofrece servicios y no busca notoridad o prestigio como tal. Fijémonos sólo en el apartado de las telescomunicaciones: por un satélite geoestacionario más su lanzamiento una empresa puede gastarse al menos 200 millones de dólares (y bien que los recupera). Si tenemos en cuenta el número de nuevos satélites de este tipo lanzados al año, vereis que estamos multiplicando por 10 y hasta 20 veces esta cifra, es decir, el presupuesto anual de la lanzadera. Y eso sólo en comunicaciones, que en otros campos, como la meteorología, etc., también se invierte mucho, aunque con dinero público, fuera del presupuesto espacial. O sea que, si además la industria privada abarca otros campos de la astronáutica comercial, no será de extrañar que lo que inviertan los gobiernos acabe siendo lo de menos, comparado con el todo. Otra cosa es la ciencia espacial, que si no es impulsada por los gobiernos, lo tiene mal...