Informe Ares
El primer intento de lanzamiento del nuevo cohete Ares I-X tuvo que posponerse 24 horas debido a la escasa colaboración de la meteorología en la península de Florida. A pesar de todo, el personal encargado del despegue tuvo varias oportunidades, aprovechando pequeños resquicios en la capa nubosa, de proceder con él. La principal preocupación era que el rozamiento del cohete con el vapor de agua de las nubes pudiese cargarlo con electricidad estática, dificultando las comunicaciones o produciendo descargas peligrosas para los sistemas. Los preparativos avanzaron de forma prácticamente normal en cuanto al cohete, y la cuenta atrás se detuvo, como estaba previsto, en T-4 minutos, a la espera del momento más adecuado. Se produjeron algunos retrasos imprevistos, como el debido a la entrada de un barco en la zona de influencia de la misión sobre el océano, que se solucionó de forma bastante rápida, o la retirada de la protección de los sensores en la cúspide del cohete, colocada en su lugar en el hangar de ensamblaje y sujeta sólo por unas tiras de velcro, las cuales parecieron durante un tiempo no querer desengancharse del todo (se utilizó para ello un cable manipulado a distancia). Estos preciosos segundos perdidos arruinaron el primer intento serio de lanzamiento, cuando la cuenta atrás se reanudó y tuvo que ser detenida menos de 3 minutos antes de la partida. La dirección del departamento meteorológico calculó que las condiciones adecuadas para el despegue no estarían ya disponibles en el segundo cero. Se aseguró el cohete y se colocó el reloj de nuevo en T-4, a la espera de determinar otras ventanas de oportunidad entre las nubes que pasaban sobre el centro espacial Kennedy. Pero a partir de ese momento, la situación empeoró, con otros factores en juego. Cuando parecía que se acercaba un hueco en el cielo, los vientos en superficie eran demasiado fuertes, o viceversa. El Ares I-X tenía una ventana de lanzamiento de 4 horas, y la dirección del programa decidió suspender los intentos una media hora antes de cerrarse ésta, ante la imposibilidad de que las condiciones mejoraran sustancialmente. El director de vuelo anunció un nuevo intento para el miércoles 28 de octubre, de nuevo con una ventana de cuatro horas y unas previsiones meteorológicas algo mejores (un 60 por ciento de posibilidades). Sin embargo, durante la noche llovió y hubo al menos cuatro impactos de rayos cerca de la zona de despegue (el más cercano a medio kilómetro). Los ingenieros reiniciaron la cuenta atrás con una vigilancia especial en los subsistemas que podrían haberse visto afectados. El pronóstico de tiempo favorable volvió a reducirse hasta un 40 por ciento. (Foto: NASA TV)
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