El Spitzer Observa Estrellas Jóvenes
Los últimos estudios realizados mediante el telescopio espacial Spitzer, sugieren que los discos de material que en muchas ocasiones rodean a las estrellas y que puedan dar lugar a un sistema planetario, tienen una función adicional crucial en el comportamiento del cuerpo estelar. Normalmente, las estrellas jóvenes rebosan energía y giran muy rápido sobre sí mismas, como peonzas, en ocasiones con una velocidad de menos de un día por revolución (el Sol necesita 28 días). Más adelante frenan esa loca marcha, y los astrónomos ahora piensan que los discos protoplanetarios tienen mucho que ver en ello. Gracias al poder de observación infrarroja del Spitzer, los astrofísicos han observado varios discos de polvo de este tipo y han confirmado la teoría.
Las estrellas se forman a partir de nubes de gas que se van contrayendo. A medida que lo hacen, giran cada vez más rápido, como una patinadora sobre hielo que acerca sus brazos al cuerpo. Pero este giro rápido podría evitar al mismo tiempo que las estrellas adquieran el nivel de densidad adecuado. Y aquí es donde los discos protoplanetarios, restos de polvo y gas de la formación estelar original, intervienen. El Spitzer ha observado unas 500 estrellas jóvenes en la nebulosa de Orión, dividiéndolas en estrellas que giran rápido y estrellas que giran lento, y ha comprobado que estas últimas tienen al menos cinco veces más posibilidades de poseer discos a su alrededor. Al parecer, los campos magnéticos de un cuerpo estelar interactúan con su disco de polvo, frenando su marcha. (Foto: NASA/JPL-Caltech/R. Hurt (SSC))
Spitzer
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