Anécdotas Espaciales (8): El Hombre de las Estrellas
La última misión de prueba Vostok antes del lanzamiento del cosmonauta Yuri Gagarin se convirtió en un ensayo esencial para garantizar que todo iría bien durante el primer vuelo tripulado de la historia. La cápsula, bautizada como Korabl-Sputnik-5 (Sputnik-10), fue lanzada el 25 de marzo de 1961 y era idéntica a la que transportaría al primer inquilino humano.
Como ya se había hecho anteriormente, transportó en su interior numerosos organismos biológicos, incluyendo un perro llamado Zvezdochka. Junto a él, para simular el procedimiento de aterrizaje del cosmonauta, que debía abandonar la nave a baja altitud mediante un asiento eyectable y descender gracias a su propio paracaídas, se encontraba un maniquí llamado cariñosamente Ivan Ivanovich. Vestido con un traje espacial, sería protagonista involuntario del aterrizaje.
Intentando simular con la mayor precisión posible un vuelo orbital tripulado, los ingenieros incluyeron a bordo un sistema de reproducción que emitiría el sonido de una voz humana. Ello ayudaría a probar el sistema de comunicaciones que mantendría el contacto entre la cápsula y la Tierra. Algo tan trivial se convirtió en complicado cuando hubo que decidir qué debía decir el falso “astronauta”. Dado que Occidente no sabría si a bordo viajaba o no una personal real, se descartó emitir una conversación técnica detallada, lo que podría haber despertado sospechas e incluso haber insinuado algún tipo de misión de espionaje. También se descartó algo mucho más inocente, como cantar una canción, lo que podría haber hecho pensar que el supuesto astronauta se había vuelto loco. Finalmente, optaron por incluir una voz que leía una receta culinaria, así como un coro de voces, tan numerosas que habría sido imposible embarcar a tanta gente a bordo. Quedaría así claro que se trataba de una grabación emitida desde el espacio.
La misión, una sola órbita alrededor de la Tierra, se desarrolló sin ningún problema aparente. Tras la reentrada, el asiento eyectable con el maniquí se separó. Pero tanto éste como la cápsula, aterrizaron en medio de una potente tormenta de nieve, lo que provocó un sustancial retraso de 24 horas en su localización. Cuando los hallaron, descubrieron que los animales estaban en perfectas condiciones, mientras que el maniquí había llamado la atención de los lugareños, quienes lo creyeron un hombre desmayado. Por eso se sorprendieron mucho cuando llegaron las fuerzas de rescate y éstas lo ignoraron por completo. Finalmente, se les mostró que se trataba de un maniquí inerte, y la tranquilidad volvió a los airados campesinos. (Foto: Archivo del autor)
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