El Segundo Cohete Falcon-1 No Alcanza la Orbita
Tras 24 horas de retraso debido a un problema en el software de control en tierra, que fue corregido rápidamente, la compañía SpaceX volvió a intentar el lanzamiento de su segundo cohete Falcon-1 el 20 de marzo. La hora del despegue había sido programada para las 23:00 UTC, pero ésta fluctuó durante varias horas hasta quedar enclavada en las 00:05 UTC del 21 de marzo. Tras una cuenta atrás sin novedades aparentes, el lanzamiento fue abortado durante el encendido del motor de la primera etapa del cohete. Los ordenadores pararon la acción cuando detectaron una presión en la cámara de combustión fuera de límites, debido a la temperatura del combustible, demasiado baja. Una vez hechos los reajustes necesarios, se eligió una nueva hora de lanzamiento, la 01:10 UTC. La cuenta atrás fue repetida desde T-16 minutos sin mayores incidentes, y exactamente en el momento previsto, el motor Merlin se ponía en marcha y se iniciaba el ascenso del Falcon-1. La zona de lanzamiento de la isla de Omelek, en Kwajalein, quedó rápidamente atrás. Unos dos minutos después, el motor se paraba y se separaba la primera etapa del lanzador. El motor Kestrel se encendió sin problemas y poco después se separaba el carenado del morro. Sólo restaba que la segunda etapa cumpliera su papel y acelerara el conjunto hasta la velocidad orbital. Sin embargo, a medida que el vehículo aumentaba la velocidad, hacia las 01:14 UTC se hicieron patentes ciertas oscilaciones circulares cada vez más grandes. Un minuto más tarde, a 5 minutos y 3 segundos del lanzamiento, la transmisión televisiva de las cámaras de a bordo fue interrumpida, justo cuando se veía a la Tierra girar cada vez más deprisa en el horizonte. Según la telemetría, el fuerte giro habría producido una fuerza centrífuga lateral sobre los propulsantes dentro de los tanques, impidiendo que pudieran alcanzar el motor Krestel, y haciendo que éste se apagara. El resultado fue que el cohete no había conseguido la velocidad necesaria para entrar en órbita, así que recorrió una gran parábola con un apogeo de 300 km y cayó finalmente al océano. A pesar de la decepción, la dirección del programa se encuentra bastante satisfecha, porque cree que ha demostrado un 90 por ciento de los objetivos del vuelo de prueba (resta la consecución de la velocidad orbital, el reencendido del motor y la separación del hipotético satélite). El fallo, además, parece sencillo de resolver. Los ingenieros creen que hubo una fuga de helio o que un motor auxiliar de control de giro se estropeó. Nada de ello debería impedir que se cumpliera el próximo calendario de lanzamientos, que incluye la puesta en órbita del satélite TacSat-1 en agosto y de un vehículo malayo antes de terminar el año. Durante esta misión no se transportó satélite alguno, excepto peso muerto (un anillo que debía separarse) y un par de experimentos tecnológicos de la NASA unidos a la etapa superior. Por otro lado, los ingenieros esperan recuperar la primera etapa del cohete, que estaba equipada con paracaídas y que teóricamente debería poder ser reutilizada. (Foto: SpaceX)
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