Los Motivos del Fallo del Tercer Falcon-1
Una rápida investigación ha permitido averiguar qué ocurrió durante el lanzamiento fallido de la tercera misión del cohete Falcon-1. Aunque se había sugerido que el problema radicó en la no separación de las dos etapas inferiores, esto no fue realmente así. La primera etapa se separó correctamente, pero después chocó con la segunda. Esta última aún encendió su motor Krestel e incluso se efectuó la separación del carenado, pero con la trayectoria alterada, no consiguió alcanzar la órbita, llegando sólo a 217 km de altitud. Las razones del choque de la primera etapa con la segunda han quedado claras tras el análisis de la telemetría y las imágenes transmitidas. Durante este viaje debutaba el nuevo motor Merlin 1C, una mejora respecto a la versión anterior Merlin 1A. La diferencia de funcionamiento se encuentra en la forma de refrigeración del motor (ablativa en el más antiguo, y regenerativa en el más moderno). En el primer caso, un material resistente a las altas temperaturas, de desgaste continuo, protege a la tobera. Pero esta solución no fue del todo adecuada y estuvo relacionada con un fallo en uno de los anteriores vuelos. En la refrigeración regenerativa, la tobera se enfría por el paso del combustible a lo largo de una serie de tuberías que la rodean. ¿Qué ocurrió entonces durante la tercera misión? Incluso tras la orden de apagado del motor, quedaba algo de combustible en dichas tuberías, y también algo de oxígeno residual, de modo que el Merlin 1C aún proporcionó un ligero empuje después de la separación de las etapas. Dicha separación se produce gracias a la acción de unos pequeños motores, que las apartan. Pero el empuje inesperado efectuado por el motor Merlin resultó ser superior en magnitud al de los motores de separación, con lo que, tras esta última, la primera etapa volvió a acercarse y chocó ligeramente con la segunda, desencadenando el fallo. Los ingenieros ya conocían este empuje suplementario, pero no sabían que duraría tanto tiempo. La solución al problema es tan sencilla como separar las etapas unos segundos más tarde de lo previsto, dando tiempo a que el motor Merlin se apague completamente. El Falcon-1 tenía programado un tiempo de separación idéntico al de sus antecesores, que usaban los viejos Merlin y no tenían ese problema. Los ingenieros creen que no detectaron la anomalía durante las pruebas en tierra debido a la baja presión de la cámara combustión durante este empuje transitorio final (sólo 10 psi, mientras que la presión ambiental en la zona de pruebas es de 14,5 psi). En el vacío, sin embargo, esa escasa presión sí resulta suficiente para ocasionar lo ocurrido. Ante esta conclusión, el próximo Falcon-1 podría volar en septiembre, como estaba previsto. No lo hará sin embargo con su carga útil programada, el satélite RazakSat de Malasia, ya que existe el compromiso de que éste sólo se lanzará si antes se ha efectuado un vuelo completamente exitoso. (Foto: SpaceX)
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