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viernes, 11 de julio de 2008

Informe ISS

Una de las salidas extravehiculares más peligrosas realizadas hasta la fecha en el exterior de la estación espacial internacional se llevó a cabo el 10 de junio. Durante 6 horas y 18 minutos, Sergei Volkov y Oleg Kononenko inspeccionaron su cápsula Soyuz TMA-12 y desmontaron un bulón explosivo que llevaron al interior del complejo orbital.
La EVA se inició desde el módulo esclusa ruso Pirs. No había sido ensayada con anterioridad en la Tierra si bien los cosmonautas recibieron abundante documentación y videos sobre cómo realizar el procedimiento.
Durante los retornos a nuestro planeta de las últimas dos cápsulas Soyuz (TMA-10 y 11), se produjo un problema común que implicó una separación anómala del módulo de descenso respecto al módulo de servicio, dificultando la reentrada y provocando una penetración balística sobre la atmósfera, lo cual llevó a los vehículos lejos del punto previsto y sometió a los cosmonautas a desaceleraciones más altas.
Los ingenieros creen que el problema reside en un defecto en los bulones explosivos que separan los dos citados elementos de la nave tripulada, incluyendo las conexiones eléctricas entre ellos, y que la TMA-12 podría también tenerlo. Si no actúan todos los bulones, la separación se convierte en incompleta, y aunque los módulos acaban separándose debido a las fuerzas aerodinámicas, la cápsula donde viajan los astronautas no alcanza en el momento apropiado la orientación ideal para resistir con su escudo térmico el rozamiento atmosférico, sufriendo más de lo debido. La dirección del programa decidió pues examinar uno de los dispositivos explosivos antes de usarlos, y verificar la teoría de que tienen algún defecto de fabricación.
Kononenko debía usar la pértiga Strela para alcanzar la posición de trabajo. Sin embargo, no consiguió sujetarse bien con los pies en el soporte que se halla en su extremo, así que tuvo que atarse y agarrarse manualmente a ella. Volkov maniobró entonces la Strela para llevar a su compañero hasta su destino.
Allí Kononenko tomó varias fotos e instaló cubiertas para proteger los motores auxiliares presentes en la zona. Después, usando un objeto cortante, cortó el material aislante exterior de la cápsula, lo mantuvo en posición segura, e inspeccionó el área que había bajo él. Completada la tarea, Volkov se reunió con su compañero moviéndose a través de la Strela. Entre los dos desconectaron varios conectores eléctricos y cortaron una conexión entre dos bulones adyacentes, pertenecientes a la zona sospechosa. A continuación, Volkov se ocupó de desatornillar y sacar uno de los bulones. Con la ayuda de Kononenko, el dispositivo fue almacenado en una caja blindada de seguridad. Además, se volvió a instalar el material aislante y se tomaron más fotografías.
Los dos cosmonautas volvieron a maniobrar la grúa Strela para dejarla en su posición de almacenamiento, junto al Pirs. También introdujeron la caja, dentro de una bolsa, en el módulo esclusa. Por último, ambos penetraron en el Pirs y cerraron la escotilla, a las 01:06 UTC del 11 de julio.
Su compañero Greg Chamitoff permaneció durante toda la EVA dentro de la cápsula Soyuz, como precaución para el caso de que el módulo Pirs no hubiese podido ser represurizado y hubieran tenido que regresar a la Tierra antes de tiempo. Chamitoff no hubiera podido entrar en la nave desde otro lugar de la estación.
El bulón explosivo será examinado y llevado a la Tierra para su inspección. Antes, Volkov y Kononenko llevarán a cabo otra salida extravehicular el 15 de julio, para trabajar en el segmento ruso, instalar un experimento y recoger otro. (Foto: NASA TV)


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