Descubrimientos Gracias a la Stardust
Los científicos que están examinando las muestras capturadas por la sonda Stardust procedentes del cometa Wild 2, han llegado a la conclusión de que estos astros son un reservorio precioso para las moléculas orgánicas que son los ladrillos que forman la vida. Los investigadores han descubierto dos tipos de moléculas orgánicas ricas en nitrógeno en el Wild 2, que se añaden a la larga lista ya conocida de sustancias importantes para el desarrollo de la vida. Es decir, los cometas han demostrado ser un buen vehículo para el suministro primigenio a la Tierra de los compuestos ricos en nitrógeno, tan necesarios para el caldo de cultivo que los expertos creen dio lugar a la aparición de la vida. El hallazgo también confirma que el menú de compuestos orgánicos disponibles para este origen fue en su momento mucho más rico de lo que se pensaba.
Las dos moléculas descubiertas en el Wild 2 son la metilamina y la etilamina, las cuales proporcionan una fuente de nitrógeno fijado, un recurso que habría sido muy escaso en la Tierra primitiva. La fijación del nitrógeno implica la conversión del gas nitrógeno muy estable (N2) de nuestra atmósfera a una forma utilizable biológicamente, como una amina o nitrato, los compuestos que podemos hallar en un fertilizante. Las enzimas que fijan el nitrógeno parecen ser muy antiguas, de manera que encontrar una fuente de nitrógeno fijado habría sido un reto muy temprano para la vida, desde el momento de su origen. Los cometas podrían haber sido los que proporcionaron cantidades significativas de ese nitrógeno estable y fijado, en la forma de metilamina y etilamina. (Foto: JPL)
Stardust
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