Anécdotas Espaciales (6): El Lanzamiento de la Torre de Emergencia
La misión de prueba Mercury MR-1, la primera con el cohete Redstone, tuvo un prólogo embarazoso para la NASA. El 21 de noviembre de 1960, todo estaba a punto para el despegue. Entonces, cuando la cuenta atrás llegó al instante cero, los controladores e ingenieros participantes en el vuelo fueron víctimas de uno de los episodios más descorazonadores de la corta historia de la astronáutica. El motor del vector se encendió, pero a pesar de que el vehículo pareció moverse un poco, acabó apagándose enseguida para dejar paso a la incertidumbre. Casi al mismo tiempo, los motores de combustible sólido de la torre de emergencia se activaron y ésta se separó del conjunto, huyendo hacia el cielo, pero dejando a la cápsula aún unida al resto del cohete. A continuación, se abrió de la nave una pequeña compuerta explosiva y de su interior surgió un primer paracaídas, que después dejó paso a otro. Este último quedó colgando del lateral del Redstone y de la cápsula, inerte, pero amenazando con tumbar a ambos debido a la acción del viento. Una baliza de señales también se había puesto en marcha, pero la cápsula no había aterrizado, ni mucho menos.
Temerosos de que el sistema de destrucción pudiera aún estar activo, ningún técnico se atrevió a acercarse al cohete. Tras esperar un tiempo prudencial para constatar el agotamiento de la batería que gobernaba dicho sistema, algunos héroes se aproximaron a la rampa de despegue para asegurar el vehículo.
Una vez examinado lo ocurrido, se determinó que el fallo se había producido debido a que dos conectores eléctricos que unían al cohete con el centro de control no se habían separado de él simultáneamente en el momento del despegue, tal y como estaba previsto. Lo hicieron, pero en secuencia, o al menos eso creyó el cohete, pues uno de ellos resultó tener unas clavijas ligeramente más cortas que el otro. Eso provocó el envío de una señal de aborto al motor, que se apagó. Pero por alguna razón, la cápsula no siguió la secuencia de aborto esperada, sino que simplemente creyó que su vuelo propulsado había terminado. Automáticamente, separó la torre de emergencia y liberó los paracaídas al detectar con su barómetro que estaba muy cerca de la superficie, además de la baliza de señales. Dos helicópteros conectados por radio a dicha baliza, empezaron a desplazarse en busca de la nave, pero se encontraron con que ésta aún estaba en la rampa de lanzamiento.
La cápsula no fue dañada, así que aún podría utilizarse para un nuevo intento, que, eso sí, implicó un intercambio de cohetes. (Foto: NASA)
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