Nueva Técnica Para “Pesar” los Agujeros Negros
El observatorio astronómico europeo XMM-Newton ha encontrado más evidencias que sugieren la existencia de agujeros negros de masa intermedia. Para ello, los científicos han usado un método reciente que permite determinar su masa. Nikolai Shaposhnikov y Lev Titarchuk, de la NASA, han centrado su atención en el agujero negro llamado Cygnus X-1, situado a unos 10.000 años-luz de distancia, en la constelación del Cisne, en nuestra propia galaxia. Según los resultados, el Cygnus X-1, que se encuentra en un sistema binario (su compañera es una supergigante azul), contiene unas 8,7 masas solares, con un margen de error de sólo 0,8 masas solares. Anteriores estimaciones hablaban de 10 masas. Confirmada la precisión de la técnica, se ha usado ésta para medir la masa del agujero negro situado en una fuente de rayos-X muy luminosa, en la galaxia NGC 5408. Dicho agujero negro tendría unas 2.000 masas solares, y por tanto se convertiría en un claro ejemplo de agujero negro de masa intermedia. Si bien su existencia queda así clara, no existe aún una teoría totalmente aceptada sobre su formación. Los agujeros negros pequeños, como Cygnus X-1, son el resultado del colapso de una estrella, mientras que los grandes, situados en el centro de algunas galaxias, serían monstruos de hasta mil millones de masas solares, que han devorado una gran cantidad de materia de su entorno.
La técnica empleada para ayudar a demostrar la existencia de agujeros negros de masa intermedia se aprovecha de la relación existente entre el objeto y su disco de acreción, el disco de material y gas que lo rodera y que va cayendo sobre él en espiral. Cuando el ritmo de acreción alcanza un cierto nivel, el material se acumula cerca del agujero negro, en una región caliente semejante a un embotellamiento callejero. Según los científicos (Titarchuk), la distancia que separa esta congestión del agujero negro está relacionada directamente con la masa de este último. Cuanto más masivo es el agujero negro, más lejos se produce el “embotellamiento”, y éste tiene un período orbital más largo. Para determinar la posición de la congestión, se estudia la emisión de rayos-X procedente de la zona caliente con los observatorios XMM-Newton y RXTE. (Foto: NASA)
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