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jueves, 14 de junio de 2007

Informe ISS/STS-117

El segundo paseo espacial y más problemas con los ordenadores rusos, capitalizaron la atención del 13 de junio. Serían en esta ocasión los especialistas de misión Patrick Forrester y Steven Swanson los encargados de salir al exterior y proseguir con las tareas que permitirán aumentar la producción eléctrica del complejo. Como sus compañeros antes que ellos, Forrester y Swanson pasaron la noche anterior en el módulo esclusa Quest, a una presión inferior, para ayudar a sus cuerpos a librarse del nitrógeno en la sangre. Luego se represurizó el módulo y salieron a desayunar, para prepararse ya para su excursión extravehicular. Sus compañeros Olivas y Williams los asistieron en la colocación de los trajes espaciales y en la revisión de todos sus sistemas.
Mientras tanto, el resto de la tripulación se preparaba para el cierre del ala de paneles solares 2B, en el segmento P6. Una anterior tripulación tuvo problemas hace meses durante el cierre de la otra ala, de modo que los ingenieros elaboraron un plan para evitar que los cables que tirarían de los paneles se enredasen durante el proceso. Rick Sturckow y Jim Reilly se ocuparon de enviar las órdenes a la unidad, para iniciar el movimiento, muy lento, vigilando al mismo tiempo el desarrollo de la operación. Avanzaron todo lo que pudieron, una cuarta parte de la longitud del ala, hasta que se recomendó parar y esperar la asistencia de los astronautas desde fuera. Uno de los objetivos de Forrester y Swanson sería precisamente echar una mano si sus compañeros se encontraban con problemas, así que salieron al exterior a través del módulo Quest e iniciaron un paseo espacial que duraría 7 horas y 16 minutos.
La escotilla se abrió a las 18:27 UTC, y los dos astronautas activaron sus baterías internas un minuto después. Hacia las 19:00 UTC, ambos encontraban ya en posición junto al segmento P6. Forrester, colocado en el extremo del brazo robótico Canadarm-2, se preparó con sus herramientas para supervisar la continuación de las operaciones de cierre del panel solar. Gracias a su ayuda, se cerraron 18 de las 31 secciones que forman el ala. Después, según el plan previsto, él y Swanson se dirigieron hacia la articulación SARJ que girará el nuevo grupo de paneles solares, en el segmento S3/S4, e instalaron cuatro viguetas de sujeción para aumentar la rigidez de la estructura. Luego prosiguieron con la complicada tarea de retirar varios anclajes y seguros, usados para evitar el movimiento de las partes móviles durante el lanzamiento. En ese punto, encontraron varias dificultades y tuvieron que dejar incompleta la tarea. Los dos dispositivos que se ocuparán de embragar el sistema que hará girar los paneles, siguiendo el movimiento del Sol en el cielo, no funcionaban correctamente. La señal dirigida a uno la recibía el otro, por algún tipo de mala configuración en un cable. Mientras se analiza la situación, la dirección del programa ordenó dejar por el momento este trabajo. A la 01:45 UTC del 14 de junio, los dos astronautas se encontraban de nuevo en el interior del módulo Quest y finalizaban su actividad extravehicular.
Sus compañeros, asistidos desde tierra, continuarán plegando el panel solar del segmento P6 en las próximas horas. Si fuera necesario, podrán recibir más ayuda durante las dos próximas excursiones al exterior.
Durante la siguiente, los astronautas dedicarán algún tiempo, al final de su trabajo principal, a comenzar la reparación de la manta térmica que se halla parcialmente levantada sobre el motor izquierdo OMS. Danny Olivas grapará la manta a una adyacente, y usará unas agujas para asegurarla a una loseta térmica.
Fyodor Yurchikhin, Oleg Kotov y Clayton Anderson dedicaron parte de su jornada a trasladar suministros traídos por el Atlantis. Este último, además, continuó su fase de familiarización con su nuevo hogar.
Kotov y Yurchikhin tuvieron que seguir afrontando los problemas técnicos encontrados en los ordenadores del segmento ruso de la estación. La situación empieza a ser seria. Ahora mismo, los giroscopios americanos controlan la orientación de la estación, pero no son suficientes, porque cuando se saturan, deben ser reinicializados y mientras tanto algún sistema de propulsión debe ocuparse del control. Ahora esta tarea la realiza el Atlantis. Los ordenadores rusos controlan el sistema de propulsión de su segmento, y son esenciales para esta tarea cuando el transbordador ya no esté. Sin ellos, la ISS no puede ser gobernada. El hecho de que los tres ordenadores, que actúan al unísono y se ponen de acuerdo entre sí, estén sufriendo los mismos problemas sugiere que ha cambiado algo en el entorno que los está afectando. Obviamente, la adición del nuevo segmento americano podría tener su influencia. Los técnicos desconocen aún cuál puede ser la dificultad, sin embargo. Ni siquiera su reinicialización permite recuperarlos. Se ha hablado de algún episodio de radiación anormal, pero los ingenieros apuestan ahora por un problema en la alimentación eléctrica, o en propio entorno eléctrico de la estación, modificado por la presencia de los nuevos paneles solares. Los ingenieros rusos trabajan contrarreloj, pero sin satélites de comunicaciones, deben esperar a que la estación pase sobre sus estaciones de seguimiento para poder trabajar con los equipos, dificultando las operaciones de recuperación. Lo que está claro es que el Atlantis no puede dejar la estación en la presente configuración. Por eso, la NASA ha ordenado medidas de ahorro de combustible, para que el transbordador pueda prolongar su estancia un poco más y proporcionar el control de orientación necesario. Si no se resolviese el problema, el complejo podría tener que ser abandonado, ya que sin la adecuada orientación, no es posible generar la electricidad suficiente. Además, los ordenadores rusos gobiernan algunos sistemas esenciales, como la producción de oxígeno y la retirada del CO2 de la atmósfera, que aunque pueden ser operados manualmente, obligarían a la tripulación a un desgaste adicional considerable. Durante las próximas horas, los controladores rusos podrían intentar alimentar sus ordenadores sólo con la energía generada por los paneles de los módulos Zarya y Zvezda, aislándolos de la electricidad estadounidense. Pero el problema aún deberá ser resuelto, porque el sistema ruso no produce suficiente energía para todos los sistemas activos. (Foto: NASA)


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