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viernes, 19 de junio de 2009

LRO y LCROSS Hacia la Luna

La NASA tiene a dos nuevas sondas en dirección a la Luna, transcurrida toda una década desde la última misión de la agencia a nuestro satélite vecino. El lanzamiento del LRO (Lunar Reconnaissance Orbiter) y del LCROSS (Lunar Crater
Observation and Sensing Satellite) se desarrolló sin ninguna dificultad a las 21:32 UTX del 18 de junio, en la tercera de las oportunidades disponibles para el día. Una tormenta cercana hizo recomendar atrasar todo lo posible el momento del despegue, de manera que cuando el cohete Atlas-V 401 partió desde la rampa SLC-41 de Cabo Cañaveral, el cielo estaba sólo un poco encapotado pero no era peligroso. Las cámaras situadas a bordo mostraron el ascenso con claridad, incluyendo la separación del carenado. La etapa superior Centaur situó a su carga en una órbita baja provisional, costeó durante unos minutos y finalmente se encendió otra vez hasta alcanzar la velocidad adecuada. El LRO se separó del cohete y de su compañero de viaje, el LCROSS, pasados 45 minutos desde el lanzamiento. Inmediatamente, se ordenó la apertura de sus paneles solares y se preparó la nave automáticamente para las comunicaciones. La primera operación seria consistiría en una maniobra de corrección de ruta, para alcanzar el punto apropiado en las cercanías de la Luna, donde se encenderá el motor de a bordo para lograr una órbita polar preliminar alrededor de ella. Dicha órbita elíptica será modificada consecutivamente hasta convertirse en circular, a unos 50 km de altitud. La sonda, que ha costado unos 500 millones de dólares, transporta una completa batería de siete instrumentos científicos: el CRaTER estudiará la radiación ambiental (para ayudar a proteger a los futuros astronautas); el DLRE medirá las temperaturas de la superficie lunar (lo que permitirá identificar zonas frías donde podría haber depósitos de hielo); el LAMP mapeará la superficie en el espectro del ultravioleta lejano, para localizar hielo en los polos; el LEND, proporcionado por Rusia, buscará también agua levantando mapas de hidrógeno; el LOLA medirá la rugosidad de la superficie y realizará mapas tridimensionales, además de descubrir zonas permanentemente iluminadas o en sombras; la LROC obtendrá imágenes en alta resolución (hasta 1 metro) y blanco y negro de la superficie, en especial de los polos, y en color y ultravioleta en otras zonas; y por último el Mini-RF buscará depósitos de hielo de agua bajo la superficie. El LRO deberá trabajar durante al menos un año, con tiempo suficiente para obtener información que servirá para localizar futuros lugares de aterrizaje para los astronautas, zonas de recursos, etc. Una vez en órbita, los ingenieros dedicarán unos 60 días a comprobar su estado y calibrar sus instrumentos, que se habrán activado dos semanas después del lanzamiento. En cuanto al LCROSS, no fue separado aún de la etapa Centaur, que formará parte integral de su misión. La nave, que ha costado unos 79 millones de dólares, fue activada tras la separación del LRO, adoptando así el control, que hasta ese momento había estado en la Centaur. Se realizaron las comprobaciones iniciales, que indicaron que todos sus sistemas funcionaban bien, y se preparó al conjunto para su periplo de cuatro meses. La LCROSS sobrevolará la Luna en breve (23 de junio), efectuando una asistencia gravitatoria que convertirá su trayectoria en una órbita alrededor de la Tierra y Selene muy amplia. La sonda recorrerá esta órbita en tres ocasiones hasta que, el 9 de octubre de 2009, tanto ella como la Centaur regresen a la Luna e impacten contra ella, en un cráter polar aún por decidir (dependerá de los datos obtenidos por el LRO). Una vez separados entre sí, el primero en chocar será la etapa superior, provocando un pequeño cráter y una nube de escombros. El LCROSS atravesará dichos escombros antes de chocar también, usando sus instrumentos para analizar los restos en busca de trazas de hielo de agua. Un total de 9 instrumentos efectuarán dicha labor que sólo durará unos pocos minutos: una cámara que trabajará en el visible, dos en el infrarrojo cercano, y dos en el infrarrojo medio, dos espectrómetros funcionando en el infrarrojo cercano y uno en el visible, y un fotómetro. La información obtenida no se almacenará a bordo sino que será enviada de inmediato a la Tierra. Cuando el LCROSS impacte, también creará una nube de escombros, que será a su vez observada desde el LRO. El LCROSS fue construido por la empresa Northrop Grumman sobre una plataforma ESPA-Sat, y pesa 880 kg. El LRO ha sido construido por el Goddard Space Flight Center y pesa una tonelada. (Foto: United Launch Alliance/Pat Corkery)


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