La Phoenix Se Prepara Para Desplegar Su Brazo
La sonda Phoenix y sus compañeras en órbita siguen sorprendiendo con la calidad e interés de las imágenes transmitidas, cuando el vehículo ni siquiera ha comenzado su misión científica en serio. El próximo paso importante será, precisamente, el despliegue de su brazo robótico, el cual se empleará para recoger muestras del suelo helado y llevarlas a sus instrumentos de análisis. Las órdenes para mover dicho brazo fueron enviadas el 27 de mayo a través del orbitador MRO, pero este último no las retransmitió a la Phoenix. Por algún tipo de problema en investigación, la transmisión UHF del MRO se apagó y las operaciones tuvieron que ser retrasadas. En estos casos, la nave en la superficie lleva a cabo una serie de órdenes preprogramadas. Los ingenieros recuperaron posteriormente el funcionamiento del transmisor, aunque si no hubiese sido así, se hubiera utilizado el de la Mars Odyssey para la misma tarea. Mientras, el MRO sí continuó enviando nuevas imágenes enviadas desde la superficie de Marte, y otras de su propia cosecha, tomadas durante el momento del aterrizaje, así como datos meteorológicos obtenidos por la Phoenix. Una de las imágenes más increíbles muestra a la sonda, aún bajo el paracaídas, descendiendo con el cráter Heimdall al fondo. Aunque parezca que el vehículo se dirige hacia ese cráter de 10 km de diámetro, en realidad, se halla ya a 20 km por delante de él. Por otra parte, la cámara HiRISE de alta resolución del MRO ha fotografiado claramente a la Phoenix en su punto de aterrizaje, unas 22 horas después de haberse posado en el suelo. Además, se aprecia el paracaídas unido a la carcasa superior, no lejos de la Phoenix (300 metros), y también, a cierta distancia, el escudo térmico. Si todo va bien, el 28 de mayo se enviarán más órdenes para que la Phoenix continúe fotografiando sus alrededores y empiece a mover su brazo robótico, cuya participación es esencial para el éxito de la misión. Otra operación en marcha es la retirada de una cubierta protectora situada sobre el citado brazo, utilizada para evitar su contaminación por microorganismos durante su estancia en la Tierra. La llamada biobarrera está siendo retirada poco a poco, aunque con mayores dificultades de las previstas. Después, los movimientos del brazo podrán llevarse a cabo con total libertad. En nuestro planeta, los científicos canadienses que proporcionaron la estación meteorológica, han manifestado que los datos de ésta durante las primeras 18 horas en la superficie sugieren una temperatura ambiental que va de los -80 grados Celsius durante la mañana hasta los -30 grados por la tarde. La presión atmosférica es de unos 8,55 milibares (menos de una centésima parte de la de la Tierra a nivel del mar). Por su parte, la velocidad del viento es de unos 20 km/h. Se transportan otros instrumentos para medir la humedad y la visibilidad, que serán activados en las próximas jornadas. Las imágenes enviadas por la propia Phoenix enseñan sus alrededores con claridad. Una de ellas, tomada con el Surface Stereo Imager, muestran el disco DVD que contiene 250.000 nombres proporcionado por la Planetary Society, así como la bandera estadounidense. (Fotos: NASA/JPL-Caltech/University of Arizona)
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